☆CAPÍTULO 04☆

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"Prométeme que no te vas a alejar mucho"

"Pometo"

"Por la garrita, sora"

Mi bebé estiro su manito y me mostro su pequeño meñique, yo mostre el mio y entrelace ambos antes de asentir con la cabeza dándole el permiso para que salga corriendo hacia los juegos para niños pequeños. Viernes por la tarde, tenia tiempo para salir a pasear con mi pequeño antes de volver a casa y enviarle las fotos seleccionadas al editor, ya el se encargara de elegir cuales irán para la revista, y si necesita algo más me lo diria.

Hasta el momento todo marchaba bien, aunque sabia que ese día había tomado el último supresor de los que regalo Larxene y no contaba con el dinero para comprar más, estaba bien, fue una buena semana, quitando el hecho de los primeros días con un celo altamente insoportable, me consideraba lo suficientemente estable en ese momento como para sobrevivir a los idiotas que seguro empezarían a molestarme el lunes por la salida, en la universidad.

Admire a mi pequeño caminando hacia la cantidad de niños, sora era un niño tan sociable, incluso en eso mi hijo parecía superarme, aparte del hecho que ya conocía y que Larxene había mencionado hace poco, sora tenia mas madera de alfa que nadie, y no podía estar más orgulloso.
Mi bebé seria alguien más grande.

Senti que alguien se sento a mi lado y suspire, odiaba el contacto innecesario, habia tantas bancas en el parque ¿Que necesidad? Yo habia tomado ese día mi último supresor, así que no fue exactamente mi olor, o eso esperaba.
Sin embargo, habia algo diferente, por el hecho que estábamos en un espacio abierto, me fue un poco mas difícil definirlo, pero eso no evito que su delicioso aroma entrara en mis fosas nasales y en menos de dos segundos todo mi ser gimiera de puro gusto. Mierda.

"¿Que haces aquí?" Logre decir, queriendo sonar tan amenazante como un león, aunque un gatito llorando sonaba mas peligroso que yo. Lo mire sonreir y aparte la mirada, no iba a enamorarme de esa preciosa sonrisa, o del modo en que sus ojos se achinaban un poco, y las arrugitas de sus ojos. Dios, vanitas, controlate.

"Oh, ¿ya no me tratas de usted? ¿Debo sentirme mejor por que tomas confianza?"

"No, yo...." su tono irónico no me gustaba, pero tampoco puedo decir que me disgustaba, simplemente me dejaba sin hablar, y mi omega, bueno, el ya se habria colocado en cuatro en este punto.
"¿Me estas acosando? ¿Te debo algo por salvarme ese día?"

"No, al contrario" No comprendi a lo que se referia, sin embargo no me llamaba la atención hablar, menos cuando cuidadosamente su rodilla tuvo contacto con la mia, enviándome una corriente de placer que paso tal cual una descarga por todo mi cuerpo. Quise encogerme, desee alejarme de ese contacto pero por el contrario ronronee a gusto, divisado aun a mi pequeño sora a una distancia prudente, hablando de sabrá Dios que con los pequeños niños que lo rodeaban.

"Ventus, ¿Que?"

"Vanitas, mírame" No tarde ni dos segundos en obedecerlo, aunque hubiera deseado lo contrario, anhelaba observar aquellos hermosos ojos que no salian de mi cabeza, o esa boca me robo el mejor beso de toda mi vida. Su piel, su rostro, de verdad estaba aquí a mi lado, sentado, rozando y frotando suavemente su rodilla contra la mía. "¿Te gustaron las rosas?"

"Si, gracias."

Mordi y tironee suavemente de mi labio ¿Entonces era verdad? ¿Ventus me estaba cortejando? ¿En este punto debería saltar de alegría o decirle de una vez mi situación para apartarlo lo antes posible y no salir herido? Suspire y senti un lado de mi romperse al recordar mi situación, yo no soy material para cuento de hadas, soy vanitas Le, el imperfecto omega.
Observe a sora a la distancia y con un ligero silbido lo llamé, el ya conocía aquel suave sonido que tanto había practicado con el, así que me miro y mostro una de sus más hermosas sonrisas, corriendo hacia la banca, casi cayendo al ir tan rapido y lanzándose sobre mi, aterrizando sobre mi rodilla, así que al final me separe un poco de ventus, lo suficiente para acomodarme y sentar a mi pequeño sobre mi muslo contrario.

the perfect omega | Kingdom Hearts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora