Capítulo 2.

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Derek Millton.

-Oye, ayer me encontré con un Alfa de mierda-dije, agarrando mis cosas para irme.
-¿Qué? ¿Qué te dijo? ¿Pelearon?-respondió Kevin, mi mejor amigo.
-El imbécil chocó conmigo y ni se disculpó. Iba a golpearlo pero huyó-reí.
-Ja, y se hacen llamar Alfas.
-Un Alfa no huye.
-Exacto.
Salimos del edificio, nuestras clases ya habían terminado, y mi novia, Coraline, estaba esperándome.
Era una Omega hermosa. La amaba.
Mi Omega.
-¡Derek!-gritó, dándome un abrazo-. Te extrañé.
-¿Eh? Pero si nos vemos todos los días-reí, resiviéndola en mis brazos.
-No importa-hizo un mohín.
-¡Vayamos a comer algo!-intervino Kevin, posando su brazo alrededor de mi cuello.
-Perdón, hoy tengo que ir a trabajar-dije.
-¿¡Eh!? Pero quería pasar tiempo con mi Alfa-dijo Coraline, soltando de sus feromonas.
Seduciéndome de esa forma, pensé. No podré resistirme.
-Perdona, cariño-me agaché hasta llegar a su altura-, pero este Alfa tiene pendientes por hacer. Te llamaré cuando acabe.
-Mm...-me gustaba su rostro cuando inflaba los cachetes. Tan rojos y suaves.
-Cuídala bien, Kevin-dije, mirándolo fijamente y enderezándome.
-Sí-suspiró-. Me la follaré-rio.
-Quiero ver que lo intentes-le susurré, riéndonos a la vez.
Siempre hacía eso para enfadarme, pero sabía que era broma, porque...él sabía que si tocaba lo que era mío...
Estaría jodidamente muerto.
-¡Nos vemos!-grité, recibiendo la sacudida de sus manos que representaban una despedida.
Caminé por el parque que daba hacia la tienda en la que trabajaba. No era de esos Alfas adinerados o algo, pero era uno orgulloso y verdadero.
No se necesita dinero para ser un Alfa.
Entonces, cuando crucé por encima de una flor amarilla, aplastándola, pude sentir una punzada en mi oído derecho, acompañándolo de aquel ruido que te causa la explosión de una granada cerca.
Me tapé el oído.
Volteé a todos lados.
No había nadie.
Entonces..., ¿por qué?
-Como sea-dije, quitando la mano de mi oído.
Pero sentía...una mirada.
La presencia de un alma pura en busca de un corazón.
De un corazón...que pudiera sanar el suyo.

El amor de un Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora