Capítulo 12.

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Derek Millton.
-Maldición, ¿por qué me hicieron invitarlo? -mencioné, agarrando mis cosas para subirme al auto.
-Es para que se concilien -dijo Kevin, arrancando el auto.
-Así como estábamos era mejor, no tenías por qué intervenir -me senté del lado del copiloto, con mi novia Coraline detrás junto con la novia de Kevin, Amanda.
-¿Y su profesor es guapo? -preguntó Amanda.
Kevin silbó.
Y los dos dijimos al unísono:
-Demasiado.
-No.
Nos miramos.
-¿Qué mierda? ¿Te has enamorado de él o qué? -dije, frunciendo el ceño.
-Cállate, se lo dije solo para que viniera al viaje -susurró.
-Se nota que te quiere.
Kevin arrancó el auto y fuimos en dirección al departamento de Tyler.
-Uh, ¿en este edificio vive él?-preguntó Kevin-. Se nota que es rico.
Tyler se subió al auto y todos avanzamos.
Decidí fumar en el camino, pues, aún estando del lado del copiloto, sentía la intesa mirada de él.
Después de unas horas llegamos al lugar: era una linda cabaña en la cima de una colina con una vista increíble. El interior era de lujo, así como el exterior.

Y es que, al principio, Kevin iba a rentar una cabaña (por eso invité a Tyler), pero cuando Tyler vio la calidad de la cabaña (que era mala), así decidió meter cartas en el asunto: resultó que su abuela tenía una cabaña hacia donde íbamos, hizo al...

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Y es que, al principio, Kevin iba a rentar una cabaña (por eso invité a Tyler), pero cuando Tyler vio la calidad de la cabaña (que era mala), así decidió meter cartas en el asunto: resultó que su abuela tenía una cabaña hacia donde íbamos, hizo algunas llamadas y nos pudimos quedar en esa cabaña.
¿Quién iba a pensar que sería así de rico?
-¡Genial!-gritó Kevin, dejando sus cosas en el suelo-. ¡Profesor Kerlsonn, usted es el mejor!
-Gracias -respondió Tyler, dejando, igual, sus cosas en el suelo.
Kevin se sentó en el sillón cómodamente.
-Ven aquí, nena -dijo.
Amanda lo acompañó así como él pedía.
Dejé mis cosas por ahí y le hablé a Coraline:
-Ven, cariño -ella se acercó y posé mi brazo alrededor de su cuello. Cuando le besé la cabeza, miré a Tyler, quien tenía una mirada intensa pegada en mí; dejé de mirarlo y me separé de ella.
-Bien, ¿tienen hambre o prefieren salir a pasear? -preguntó Tyler, dirigiéndose a la cocina.
-¿Sabe cocinar, profesor?-preguntó Kevin.
-Por supuesto -rio-. ¿Qué quieren?
-Mm...cualquier cosa estaría bien, supongo.
-Seguro.
Él estaba solo en la cocina. Kevin y yo estábamos charlando junto con nuestras novias.
¿No se sentirá solo?, pensé. ¿Debería de ir con él y ayudarlo? Me cruzó ese pensamiento por la mente una y otra vez, pero una parte de mí no estaba realmente convencida.
-Genial -susurré, levantándome del asiento, decidido a ir hacia donde estaba Tyler.
-¿A dónde vas? Vamos a jugar cartas -dijo Kevin.
-Iré a ayudar al profesor Kerlsonn, no tardo.
-B...bien.
Cuando entré a la cocina me lo encontré de perfil partiendo zanahorias; su cuerpo era grande, su cintura era delgada y su espalda ancha; se veía sexy cuando cocinaba. Estaba tan concentrado en eso.
¿Cómo se verá sin ropa y con delantal?, pensé.
Me apoyé en el marco de la puerta de entrada hacia la cocina y lo miré cruzando los brazos.
Era tan delicioso: esa pose, sus cortes al cortar la comida, sus movimientos, su rostro tan concentrado, todo.
Y entonces él habló, sacándome de mi mundo.
-¿Vienes solo a verme o se te ofrece algo? -mencionó, aún viendo la zanahoria que partía.
¿Cómo supo que estaba ahí si ni siquiera me vio?, pensé.
-De hecho, vine a ayudarte.
Dejó de cortar la zanahoria para verme.
Mierda, esa mirada...
-Bien -siguió cortando.
-¿Qué quieres que haga?
-¿Sabes cocinar?
-Por supuesto que sí. Vivo solo.
-Entiendo. Entonces ve haciendo la sopa de fideos. Añádele condimentos para...
-Sí, lo sé -entré a la cocina y lo miré-. Sé qué debo hacer; le añadiré mi especialidad para sorprenderte -sonreí, sacando los materiales necesarios.
-Bueno, pues...-sonrió-sorpréndeme.

El amor de un Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora