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-Louis esto es una locura- dijo el rizado al observar las llaves en la mano de su novio -Mamá me matará

-Ya hablé con tu madre Hazz- contestó Louis- ella está de acuerdo, con la condición de tener una copia de las llaves y que tú no debas hacer ningún esfuerzo

-Y pero. Y quien cocinará? ¿Quien limpiará todo?¿quien- preguntaba Harry siendo interrumpido por el ojiazul

-Yo lo haré, yo hare todo si?

-Y la escuela Lou? Debes ir y lo sabes

-Ya me preocuparé por eso mi amor, ahora guarda tus cosas que quiero mostrarte la casa- dijo con una sonrisa Louis

Guardaron sus cosas rápidamente y se dirigieron a lo que sería su casa por algunos meses en la motocicleta del ojiazul.

Era una casa pequeña, más grande que la del rizado pero mucho más pequeña que la de Louis. Tenia dos habitaciones, una para ellos con una cama matrimonial y un baño privada. La otra habitación era de huéspedes para cuando viniera alguno de sus amigos. Lo que si era extremadamente grande era la cocina, Harry quedó fascinado al verla, y el ojiazul solo sonrió al ver la emoción de su novio. Sabia que lo pondría de esa manera, el ojiverde amaba cocinar, así que el mayor le daría todo para verlo con aquella sonrisa. Tenían un pequeño patio con piscina, en el cual Louis ya había imaginado cómo haría grandes fiestas cuando Harry se recuperase. El resto de la casa era irrelevante, pero el ojiverde observaba cada detalle como si fuese único, repitiendo una y otra vez su agradecimiento sobre ello a Lou.

Lo último que observaron en el recorrido en su casa era un pequeño estudio en el que se encontraba la máquina de coser de Harry y varios trazos de tela

-Oh Lou- dijo el ojiverde comenzando a sentir lágrimas en sus mejillas

Louis rápidamente notó el llanto de su novio y se acercó hacia el para abrazarlo

-Tan feo es?- preguntó Tomlinson

-No se que hice para merecerte cariño, esto es lo más hermoso que alguien ha hecho por mí, pero...- El ojiazul estaba sonriente ante la respuesta del menor, hasta que escuchó aquel "Pero" seguido de un gran suspiro y su expresión cambió completamente

-Pero que? Que pasa Harry?- pregunto preocupado

-No se si me sienta totalmente cómodo aquí Lou, tan solo tengo 16 años y necesito un hogar, no una enorme casa para nosotros solos- respondió tímido.

Louis levantó su mentón obligando a que lo viera fijamente a sus hermosos ojos

- Haré que esto se siente como un hogar Hazz-  dijo dejando un pequeño beso en los labios del rizado


Y así fue, ya llevaban una semana viviendo allí y era simplemente perfecto.

En la mañana con los pequeños rayos de sol entrando por las rejillas de la ventana, el rizado se despertaba. Teniendo la imagen más hermosa que podía ver en toda su vida. El rostro de su novio a su lado siendo iluminado levemente por el sol, era lo más precioso.

Louis había cumplido su promesa, el se encargaba de todo y siempre sin despegarse de su lado. Sólo se ausentaba algunas horas cuando Mark estaba en su casa para no levantar grandes sospechas. En aquellas horas durante su ausencia, la mayoría de los días, su madre iba a visitarlo y cuidar de él, hasta que Lou volviera.

En la noche el ojiazul encargaba comida, porque era demasiado malo en la cocina, y prefería darle lo mejor a su novio.

Dormían acurrucados, todavía no había tenido relaciones. Deseaban tocarse como nunca, pero el doctor había dejado bien en claro que por unos días cualquier esfuerzo como aquel, estaba totalmente prohibido, y no se arriesgarían a que el rizado sufriera otro desmayo.

Fireproof- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora