Chapter III: 令人惊讶的变化

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Una vez estuvo solo en esa gran habitación pudo pensar mejor en el lío en que estaba.

No era que se arrepintiera de tomar el lugar de su hermana, pero no había pensado en como haría para convencer a todo el mundo que era una mujer.

Ni siquiera sabía actuar como una.

Un largo suspiro escapó de su boca mientras colocaba sus pertenencias sobre la espaciosa cama.

Ahí pudo ver su uniforme.

<<Debe ser una broma...>>

Pero no lo era.

Cuando lo tomó y lo levantó para verlo mejor pudo sentir su estómago revolverse al solo imaginar cómo se vería cuando lo tuviera puesto.

Había visto muchos trajes de sirvientas pero ese era ridículo.

Un corset, medias negras, un delantal con encaje, la falda muy corta; en lugar de parecer de sirvienta se asemejaba a alguno que las parejas usaban para "provocarse" deseos nada lindos. Al menos así pensaba el chino.

<<¡Jamás usaré esto!>>

Pero si lo pensaba a profundidad, ¿qué otra opción tenía?

Había puesto su libertad en las manos de un tipo que daba bastante miedo y ahora, aunque no lo quisiera, era su amo.

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Se miró al espejo y se sintió ridículo.

Siendo un hombre era sin duda un fuerte golpe a su masculinidad.

<< ¡No podré agacharme si estoy así!>>

Con sus manos trataba de bajar un poco la tan corta falda, pero era muy difícil. Fácilmente podía ver su ropa interior y el estampado de panda que esta tenía no era nada femenino ni maduro.

Un golpe en la puerta llamó su atención. ¿Quién podría ser en ese momento tan horrible?

¿Señorita Wang? ¿Esta todo bien?

Reconoció la voz del chico rubio con lentes.

Seguramente había escuchado el escándalo que hizo tratando de vestirse sin ayuda aún siendo consciente de que desconocía totalmente como ponerse tal atuendo.

— ¡E-esto es muy corto!—

Rápidamente se quejó. Por nada del mundo abriría la puerta pero aprovecharía para dejar en claro que por nada del mundo saldría así.

Lo sentimos. El traje fue hecho a la medida de su hermana, no pensamos que sería usted quien vendría. Aún así, necesitamos que salga. Quizá el señor Braginski permita que se hagan los cambios correspondientes—

Quizá nadie lo vería más que su nuevo "amo" y claro, ese chico que le esperaba.

B-bien. Lo haré—

Con mucho valor se acercó a la puerta y tomó la perilla mientras en su mente miles de escenas pasaban, entre ellas los rostros de sus hermanos.

Por ellos hacía todo esto.

Giró la perilla y ahí pudo ver al chico, quien de inmediato desvió su mirada con un pequeño sonrojo.

T-tiene razón. Es demasiado corto—

No charlaron más puesto que fueron a la oficina del tan tenido ruso, quien por suerte tenía tiempo libre así que los atendió de inmediato.

El uniforme de la señorita Wang es demasiado corto. ¿Cree que podríamos hacer unas confecciones?

Guerra en tu Interior (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora