Eran aproximadamente las 6 de la mañana cuando Yao despertó.
Su espalda dolía espantoso por aquella herida que tenía.
<< Seguramente todos siguen dormidos... >>
Xiao se había ofrecido muchísimas veces a despertar temprano con el fin de cambiar las vendas de su espalda pero Yao se lo había negado.
No era responsabilidad de ninguno de ellos el tener que cuidarle. Después de todo, la herida fue por sus acciones, o al menos eso creía.
— Lo haré yo mismo aru...—
Quizá lo más complicado era el tener que moverse sin causar más dolor. Por suerte, la noche anterior había dejado algunas vendas a su alcance por si algo llegaba a pasar.
Lentamente fue quitándose sus prendas superiores. El tang* fue retirado de inmediato y su pecho al fin quedó descubierto. Solo quedaba esa apretada venda.
<<Vamos...>>
Lentamente fue quitando la venda. El dolor aumento pero en ese momento lo único que quería era sentirse libre.
Cuando terminó sintió la suave ventisca llegarle por lo que levemente se estremeció.
- ¡Aniki!-
Y su tan ruidoso hermano abrió la puerta de golpe.
Hubo un silencio incómodo entre ambos, hasta que por fin Im Yoong Soon habló.
- Aniki...no debes hacerlo tú solo daze-
El chico surcoreano se acercó al chino y rápidamente trató de ayudarle pero Yao se negó.
- ¡Puedo hacerlo solo aru! No quiero que me toquen y menos tú...eres muy pervertido-
Oh pero para el menor ahí las palabras que escuchó fueron: Adelante y hazlo.
Así que eso hizo.
Obligó a su hermano a recostarse. Yao solo trataba de escapar mientras que Yoong Soon solo se mantenía sobre el colocando la medicina indicada a su enorme herida.
- Uh...¿qué hacen?-
Y por fin llegó el salvador del pobre chino.
- ¡Xiao! ¡Ayúdame!-
Pero sucedió lo contrario. El hongkonés aprovechó la situación para ayudar al surcoreano a vendar a espalda.
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- ¡Oh! ¡Buenos días!-
Mei habló saludando a todos los chicos que recién llegaban a desayunar.
Tuvieron una ardua batalla para poder mantener a Yao quieto pero lo lograron.
Junlin leía tranquilamente el periódico mientras bebían una caliente taza de té.
- Parece que fue una dura pelea. ¿Cómo se encuentra hoy Yao?-
Preguntó el tan serio Junlin.
- E-estoy mejor aru. Gracias por preguntar-
La chica taiwanesa se acercó rápidamente al chino y una vez en frente de él le sonrió. Yao inmediatamente supo que pasaba.
- Bien, iré a hacer el desayuno aru...-
Mei aplaudió victoriosa mientras Yao caminaba a la cocina.
- ¡Deberíamos comer algo ligero y rápido daze! ¡Hoy tengo mucho que hacer aniki!-
Yao podía escucharlos a la perfección desde la cocina así que no fue difícil saber que el surcoreano era quien dijo tales palabras.
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Guerra en tu Interior (Pausada)
Ciencia FicciónYao se vió obligado a sustituir a su hermana Mei en un viaje hacia Rusia con el objetivo de servir a Iván Braginski. Tuvo que vestirse, actuar y lucir como una mujer a los ojos de los demás, pero...¿cuánto duraría así? Además Iván no ayudaba mucho e...
