Ronin 3-18

19- Sorpresa en el camino.

Eran como las 2 de la mañana, yo iba manejando la camioneta que me dio Deivid mientras los demás permanecían dormidos, por seguridad todas las luces de la misma estaban apagadas tanto las de adentro como las de afuera, manejaba despacio sin revolucionar el motor para disminuir el ruido mientras íbamos pasando por las calles de San Cristóbal, bajando por una avenida que daba con una sucursal de "Makro" vía Sambil, era un almacén gigante totalmente construido con vigas y láminas de metal sólido, dado que era de bajada apague el motor mientras pensaba si despertar a los demás para revisar si había quedado algo si es que lo habían saqueado.

El estacionamiento era un asco, vehículos descuartizados, calcinados, volcados, chocados unos con otros y demás, eso era una señal más que suficiente para saber que ya habían saqueado todo y lo más probable es que alguna banda tomara el establecimiento como su base o refugio, sinceramente no me apetecía mucho el acercarme para echar un vistazo por lo menos, no hacía falta tener mucha cabeza para darse cuenta que pasarían 3 cosas:

1- Nos dejaban entrar y confiaban en nosotros, seriamos más de su grupo hasta que algo salga mal y nos rodeen por completo aquellas basuras despiadadas

2- Nos permitían el paso pero nos obligarían a dejar nuestras pertenencias teniendo que obedecer algún tipo de jefe posiblemente un charlatán

3- Un plomazo en la cabeza a cada uno, o solo a Ley y a mí y luego a saber el cruel destino que les esperaría a las chicas.

Bajando por aquella vía me percaté de que por las ventanas del establecimiento se podían ver ráfagas de luz blanca de linterna, dándome más desconfianza todavía, así que sin llamar la atención fui soltando poco a poco el pedal del freno para alejarme lo más que pudiera y encender el motor para evitarnos cualquier cosa que nos esperara y dicho y hecho, estando ya como a mucha distancia encendí el motor y fui avanzando ya de plano en la carretera hasta que veo a lo lejos una silueta de un edificio el cual ya había visto muchas veces, el Sambil, era un centro comercial, era una edificación 3 o 4 veces más grande que el Makro, con dos plantas (arriba nivel avenida, abajo nivel feria), aparte también tenía un sótano que era usado como estacionamiento.

Por alguna razón este lugar me inspiraba más confianza que el anterior, aun así teniendo la puerta principal de paneles de vidrio paralelo en posición vertical completamente destrozadas, eso significa que era una buena entrada pero también una posible salida, por desgracia es un arma de doble filo porque a saber que podía entrar o salir por ahí, el lado bueno era que al estar rotas nadie sería tan estúpido como para querer mudarse ahí dentro, así que díganme ustedes que creen que fue lo que hice.

[Ari]: Psssst... Ley... Despierta pedazo de vago *Susurraba mientras le agitaba del brazo* Levanta!.

[Ley]: Hmmmmm.... ¿Qué quieres...? *Murmuraba mientras se acomodaba en el asiento*.

[Ari]: Mira lo que hay allá! *Señalaba la entrada del centro comercial mientras me detenía* Seria muy idiota meterse ahí y hacer un pequeño refugio... ¿Qué opinas?.

[Ley]: Jmjmjm, hay que ver cómo somos bastante idiotas, pasa la camioneta por ahí y veamos que hay! *Se quitaba las lagañas mientras recargaba las pistolas (La P-2000 y su Saw Magnum 357)* Pero con cuidado y no hagas ruido.

[Ari]: Sale orden, las chicas tal vez se emocionen al ver este lugar... Oye, ¿Qué tenías en el estuche de guitarra hace unos días?, lo desapareciste de un día para otro y al final no me diste razón de nada. *Decía mientras entraba lentamente mirando las esquinas para no chocar con nada.

[Ley] *Suspiraba* ¿Te acuerdas de la katana de Vergil? Bueno, tenía 2 pero de madera y las llevaba trabajando hace semanas, pero cuando las fui a ver antes de subir a las pasarelas de donde trabajábamos, estaban llenas de termitas... Desgraciadas me aguaron la fiesta... *Algo malhumorado*.