Quiero ser una estrella del porno. Sí, así es y así se lo conté a mis amigas en aquel pub de mi pueblo antes de que ellas me miraran con los ojos como platos y con las pipas a punto de caérseles de las manos. Por supuesto que yo ya sabía que la sorpresa no iba a ser pequeña, pero lo que no sé demasiado claro aún es si la razón fue el hecho de que, al tener un año menos que yo (y no haber salido todavía del pueblo), no tienen la mente lo suficientemente abierta o que, sin más aliños, la idea llevaría a impresiones así a cualquiera que fuera el receptor de la noticia.
Pero bueno, yo necesitaba contárselo a alguien, soltar el boom y esperar que alguien comentara, me aconsejara o que simplemente fingiera un "ah, vale" con un poco de interés. Lo que suponía (pero no quería aceptar antes de exponerlo) era que en verdad nadie sabría qué decir, porque si yo, que ando todo el día navegando por internet y recibiendo constantemente información acerca de ese mundo, no sabía todavía si aquello no debería pasar de la locura de haberlo imaginado, los demás, bastante más inocentes y "castos" que yo en este tema, menos claridad aún podrían aportar. Pero igualmente, tras un largo atragantamiento de palabras (y de pipas), mis dos queridas lo intentaron con un bonito "Bueno, nosotras te apoyaremos en cualquier decisión que tomes. Eso sí, no esperes que veamos tus películas". Tampoco pensaba pedírselo, como es más que comprensible.
Pero ¿tan descabellada es la idea de que un adolescente como yo, que todos sus amigos saben que disfruta del sexo sin tapujos y que casi lo considera uno de los motores de vida principales (por no decir el que más) para cualquier ser humano, quiera dedicarse a una tarea así? Bajo mi punto de vista, sinceramente es una actividad más que necesaria en el mundo de hoy en día. La gente necesita entretenimiento, un estimulante en sus vidas que no les fuerce a sobreexplotar la imaginación, más allá del verse sustituyendo a uno de los dos (o más) personajes que aparecen en pantalla. Todo el mundo quiere pensar en algún momento que la monotonía que les inunda se puede convertir en la más salvaje de las escenas triple-equis de internet.
El porno brinda ilusiones a sus consumidores, y, a mí, una esperanza. La esperanza de un cambio, de una nueva vida, de ese cóctel de metas que siempre quise alcanzar. Qué extraño puede sonar, ¿no? El chico que veía su vida completa gracias a la pornografía.Un titular esplendido para cualquier noticia publicada en ninguna parte acerca de mi vida. Pero no solo es eso, no solo es el porno. Porque a pesar de mi atracción natural y casi enfermiza ("casi" por no afirmarlo de forma rotunda,ya que aún está sin demostrar) hacia cierto tipo de prácticas con recomendación para mayores de edad, a mi parecer (y según lo que internet y su amplia gama de información nos brinda mediante entrevistas, artículos y demás) también incumbe y sacia deseos mucho mayores que el sexual. Fama. Viajes. Fiestas. Más gente con mentalidad similar a la mía... En resumen, el típico sueño hollywoodense pringado de purpurina y superficialidad, flashes de cámaras y cotilleos morbosos, fans que te reconocen por la calle y en los clubs, viajes por el globo y secretos jamás contados del mundo de las estrellas. Esa frivolidad vestida de cuero y látex que deseo desde que la cultura popular de este mi siglo me enseñó que tenía que aceptar e idolatrar.
Pero yo aún solo soy ese chico que se lamenta por el ritmo de sus días y por los fracasos de sus sentimientos mientras se bebe un litro de batido de chocolate nocturno frente a la pantalla de un ordenador, notando que, a cada sorbo, muere poco a poco no solo la posibilidad de mantener un buen tipo, sino también la de ser alguien más que quien ya es. Pero eso va a cambiar. Tiene que cambiar. Y esto es así porque estoy ideando un plan.
---------------------------------------------
¿Os digo una cosa? Esta historia nadie, ni siquiera yo, sabe cómo va a terminar, ya que está siendo una realidad en proceso. Puesto que esto es así, vosotr@s mism@s podéis contribuir o ayudar con consejos u opiniones, así que ¡No os cortéis comentando, que es gratis! Un saludo.
ESTÁS LEYENDO
Este es mi plan
Non-FictionEsta no es la novela juvenil que estás esperando leer si lo que quieres es una historia de la que puedas esperar el final, pues lo cierto es que ni yo, escritor y protagonista, sé cómo acabará. Esta es mi historia, que trata de cómo en un momento de...