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La cámara enfocaba a Jungkook, quién se encontraba sentado en el pequeño sofá de su departamento con la cabeza gacha, siendo observado por su novio en un completo silencio. Había visto varios vídeos antes de la visita del mayor y recordó alguna cosas, ya entendía toda la situación.

Un pequeño pastel sin tocar descansaba en la barra de la cocina, la mañana estaba fría y nublada. Las nubes de colores grisáceas eran señal de una próxima lluvia dentro de algunas horas.

—¿Y bien?

La grave voz se hizo escuchar por sobre todo el silencio, asustándole. La mirada dolida y culpable con la cual era observado lo hacía sentir mal y cohibido. Porque a pesar de no recordar algunas cosas podía sentirlo, podía sentir como amaba al chico frente a el, y le dolía. Le dolía la actitud tan cambiante del mayor.

¿N-No vas a decir nada, JungKook?

Aquello fue una punzada en su corazón, le dolió haber escuchado su nombre salir con aquel tono de los labios de su novio.

Y-Yo... L-lo siento... Y-Yo no sé..

Sin saber que decir sollozo bajo, no sabiendo controlar las emociones que sentía. Se sentía demasiado sobrecargado.

Taehyung lo miró con sentimiento, no le gustaba ver llorar a su pequeño. A pesar de ya haber visto aquel vídeo donde le contaba y explicaba todo, simplemente no podía evitar sentirse mal y dolido. Dolido porque no tuvo la confianza, o valor, para decirle algo tan importante como lo de su enfermedad.

Y sabía que hacía mal al presionarle y hablarle de aquella forma, pero no podía evitarlo. Aunque ya supiera las respuestas a sus dudas quería escucharlas de él, aun sabiendo que no iba a ser posible.

L-lo siento Taehyung... Y-Yo... l-lo siento m-mucho... No sé p-por qué no te, no te c-conte...

Y era cierto no lo sabía. No sabía enserio porque no le contó antes, podía entender que pudo tener miedo en esos momentos. Pero que el castaño se enterará así. No le gustaba, no le gustaba para nada. Ver y sentir la desesperación y el dolor del contrario lo hacía sentir bastante mal y débil.

El mayor sin poder contenerse también soltó a llorar, sin embargo se levantó y abrazo al pelinegro. Porque no tenía la culpa, ¿A quién podrían culpar? Ya no había nada que pudieran hacer. Jimin tenia razón, solo quedaba disfrutar. Disfrutar y aprender a vivir así.

K-kookie... Perdón, l-lo siento bebé. No es t-tu culpa... No llores por favor...

Le dijo con arrepentimiento el castaño, acariciando su espalda y cabello, intentando consolarlo. Como antes solía hacerlo, aunque no en una situación así.

— Por favor, sonríe para mí...

Después de aquello último, la grabación llegó a su fin.

Después de aquello último, la grabación llegó a su fin

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