Capitulo 2: Pequeños detalles

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Entré a mi habitación cantando y dando pequeños saltitos. Todo era perfecto, me iba en cinco días con mis amigas a pasar todo el verano en Miami.

Tome mi celular, eran las 3:07 y james pasaría por mi a las 4:00. Ya no tenía tiempo para tomar una siesta entonces decidí ir a darme una ducha.

Tomé la ropa que iba a usar y mi celular. Cuando entré al baño puse música y empezé a ducharme.  

Ya estaba en mi cuarto lista para salir. Estaba recostada pensando en el viaje, cuando me di cuenta que iba a pasar todo el verano sin mi novio y que me iba a perder la fiesta de fin de curso que hacen todos los años.

Como se lo iba a decir, como él se lo iba a tomar. James era un chico muy celoso, era el capitan del equipo de football americano en la escuela y era popular, pero no el tipico engreido y odioso, todo lo opuesto,  siempre estaba alegre, eso era una de las cosas que más me gustaban de él.

De repente comenzó a vibrar mi celular, eso significaba que james habia llegado. No atendí ya que lo había visto pasar desde la ventana. Agarré mis cosas y bajé.

Abrí la puerta y ahí estaba él.

-Hola preciosa-  saludo y me besó.

-Hola james- dije haciendo la sonrisa mas falsa del mundo.

El hizo un mueca rara, -hey que pasa?-.

-Nada, por que?-. Intente no mirarlo, ya que si lo hacía se iba a dar cuenta que estaba mintiendo.

-Es que suena raro james saliendo de ti, no sé, es mas común que me digas hola amor o algo parecido-.

No pude evitar dejar escapar una risa por lo que había dicho. El lo notó. 

-hey no te rias de mi-, hizo un puchero y se veia muy tierno. Reí de nuevo y lo besé.

Mientras caminábamos hasta una heladería hablábamos de la escuela, de nosotros y haciamos chistes. Luego ya con los helados ibamos a una laguna que había cerca de su casa.

Yo intentaba actuar como siempre, pero no podía y él se estaba dando cuenta, sin embargo no dijo nada al respecto.

Cuando llegamos él ya había terminado su helado. Nos sentamos en el pasto y de repente me tomó de la mano.

-Hanna que pasa, te conozco y sé que algo está mal-.

Mierda, pensé, por qué me conocia tan bien. Me solté del agarre de su mano y me acomodé un poco más lejos para poder mirarlo a la cara directamente.

-James, emm..- ugh por qué me costaba tanto decirselo, no era algo tan malo -me voy por tres meses a miami-.

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