«Maldita sea.- pensó el ruso luego de dejar caer el cuerpo sin vida de Rogelio.- creo me he excedido otra vez, pero realmente lo necesitaba; era eso o tomar a los más vulnerables, supongo que él debe estar agradecido de ser el sacrificado en lugar de los niños.»
Regresó a dónde había dejado el cuchillo para tomarlo y de nuevo se acercó al cuerpo; había mucho por hacer, partes por cortar, esconder, deshacer e incluso cocinar así que no tenía tiempo para descansar después de quedar satisfecho con la sangre del joven por lo que se dispuso a dar paso a sus habilidades de carnicero.******
A la última campanada ya todo el pueblo estaba reunido en la iglesia. La sorpresa de ver al ruso sosteniendo una enorme olla de comida se acrecía entre los presentes del lugar pues no sólo su cooperación para la comida era motivo de atención, si no que también era la forma en la que vestía, bien tapada como si los rayos del sol no fueran bienvenidos en su piel pero unos pocos habían recordado haber escuchado que aquel hombre es alérgico a los rayos solares así que de nuevo, de boca en boca, se fue esparciendo y ese pequeño pánico que pareció nacer se fue extinguiendo casi al instante.
Cuando la misa (la cuál contó con la honorable presencia del ruso) terminó, se procedió a servir y degustar de toda aquella comida que dedicadas mujeres se habían tomado la libertad de preparar ya sea la noche anterior o en algunas horas antes del momento; sin embargo, el platillo que fue la sensación del momento era el Borsch perfectamente cocinado por el extranjero cuya carne, suave y blanda, fue la más demandada por los presentes.Ignacio, sin querer quedarse atrás, exigió un plato de aquella sopa roja a pesar de haberla comido el día anterior pero si tal carne era el furor de ese convivio entonces que mejor ver para creer. En cuanto tuvo el plato caliente en sus manos, algo en él hacía que no se le despegaran los ojos del alimento; esa carne, ¿por qué comenzaba a sentirse extraño? Miró en derredor y pudo contemplar como los que degustaban del Borsch tenían una sonrisa que para Tarheri se le hizo más como una mueca macabra, algo no estaba bien pero tampoco sabía qué era... Tal vez...
-Ignacio.- la voz de su madre tras tocarle el hombro lo volvió en sí.- Ramón no pudo alcanzar de la sopa esa, ¿podrías compartirle un poco?
El joven miró hacia abajo para percatarse que detrás de su madre se escondía su pequeño hermano Ramón, un niño bastante tímido y callado que casi siempre se la pasaba pegado a sus padres. Ignacio esbozó una sonrisa tranquila y le extendió el plato a su hermano.
-Por supuesto, tómalo, yo ya comí ayer y no quisiera que nadie de mi familia se quede sin probar esto.
Ramón tardó un poco en aceptar a la comida pero en cuanto tomó el plato sonrió de par en par mostrando su dentadura sin un diente y luego agradeció a su hermano. Su madre le agradeció de igual forma y ambos se fueron a un lugar para que el pequeño comiera a gusto.
Tras irse, Ignacio soltó un suspiro pesado, de nuevo se había alejado de su realidad y pensando cosas más allá del entendimiento común; de pronto recordó a Rogelio y se preguntó si él estaba ahí. Incluso se había parado sobre las puntas de sus pies, para buscarlo entre la multitud pero nada. Como ahí estaba su familia decidió acercarse a ellos y preguntarles sobre si amigo.
Mientras lo hacía, pudo alcanzar a ver cómo de nuevo Carmela Sánchez se acercaba bastante coqueta al ruso y le hacía la plática; en un inicio no quiso dar importancia pero una parte de él le pedía a gritos que se acercara y la alejara de él, tanto, que sin darse cuenta estaba caminando furioso y cerrando los puños, refunfuñando por lo bajo. No hasta que chocó con alguien.
-Ay, perdón, perdón, no era mi intención. - el hecho de que Carmela estaba hablando con Iván se le olvidó abruptamente al ver a Martín, su mismísimo hermano con quién había chocado. - ¿Martín? No esperaba verte por aquí.
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El vampiro del pueblo. Aph RusMex
RandomEn un pueblo de México comienzan a suceder diversos sucesos como múltiples asesinatos y la llegada de un acaudalado extranjero de origen ruso. Sin embargo los habitantes tratan de llevar una vida normal entre ellos un curioso joven de nombre Ignacio...