¿Emba....? ¿Qué?

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Ana cabalgaba a su amado ahora esposo de una forma lenta y delicada disfrutando cada centímetro de él dentro de ella, era su forma de torturarlo y disfrutar más tiempo.

A Octavio le encantaba está posición más porque así tenía acceso a sus senos su parte favorita de su cuerpo, tocarla era un placer que solo él podía disfrutar y esa idea le encantaba, más ahora que era su esposa, su mujer.

« mi mujer»

«mi esposa»

Susurraba cada vez que su miembro se hundía más en su esposa, mientras sus cuerpos unidos, sudados y el ruido de la cama rechinar con la luz de luna como testigo de su amor, testigo de la primera noche como marido y mujer.

El sonido de sus gemidos y el balanceo de ambos en la cama era como si flotaran en las nubes.

-me vas a matar - dijo Octavio con los ojos cerrados, mientras el balanceo de ambos se volvió más agitado, pues Ana empezó a moverse con más exitación pero justo en ese momento Ana se detuvo de golpe.

Se levantó de la cama y corrió en dirección al baño y vómito todo lo que tenía en el estómago, Octavio preocupado se sentó a lado de ella mientras sostenía su cabello.

- te dije que no comieras tanto helado- dijo Octavio mientras le daba un poco de agua- ¿Te sientes mejor?.

Ana se sentó en piso totalmente desnuda mientras su esposo calmaba su malestar con sutiles caricias en su cabeza y pequeño besó en su labios.

- no lo hagas, acabo de vomitar - se quejó ya sintiendose un poco mejor - además no es culpa del helado últimamente tengo mareos, creo que es por el estrés de la boda, todo fue muy agitado. - decía mientras se apoyaba su cabeza en el hombre de su esposo, ignorando por completo la cara preocupada de su marido.

- ¿Porque no me lo dijiste antes? Si era mucho para tí hubiéramos hecho algo simple - cargo a Ana en sus brazos para llevarla a la cama.

- creo que las bodas son más para los invitados que para los novios- sonrió - mi madre y la tuya estaban muy emocionadas no podía quitarles la alegría de la boda.

- pero eso no importa, debo llamar al doctor- se quiso levantar, pero su mujer no lo dejo.

- no, estoy bien, solo es un poco de mareo no arruinamos la noche de bodas. - se acercó más él.

- ¿Segura que estás bien?

- si

- está bien - dijo un poco más tranquilo - últimamente te veo más cansada, duermes mucho y tus se...- se calla de golpe y empieza a tocar sus senos, notando que son un poco más grande de lo normal.

- cariño ¿Qué haces? - se quejó- con cuidado últimamente están más sensibles.

- ¿Cuando fue tu último periodo? - pregunto apresurado.

- mmmm pues - se toco la cabeza - no me acuerdo.- sonrió inocente.

- ¿Cómo ? Es tú cuerpo debes estar más al pendiente- Octavio se levantó de golpe y se vistió de forma muy apresurada.

« ¿Será posible?»

« Dios , por favor que si sea cierto lo que estoy sospechando».

- ¿Qué pasa?

- tengo que ir a una farmacia.

- estoy bien, solo necesito dormir - dijo totalmente ajena a la situación.

Octavio miro a Ana con ternura, amaba su inocencia incluso cuando era muy distraída, que no se daba cuenta de su situación.

- mi niña - beso sus labios con ternura y sonrió de felicidad - creo que estás embarazada.

Familia VeronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora