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Mis pertenencias... me parece gracioso porque mis pertenencias se resumen a la camisa que llevo puesta y una sudadera de repuesto; los pantalones del uniforme y otros para los días libres y el resto del uniforme, la capa, la chaqueta, los cinturones... a parte de ropa interior, claro; por suerte no me ocupa mucho en la bolsa ya que el uniforme lo llevo puesto y las otras cosas no pesan nada... lo guardo todo y me dirijo a la puerta de la habitación; en realidad me gustaría tener algo más como algunos de mis compañeros que tienen recuerdos de sus casas, de sus familias o amigos pero ¿Qué voy a esperar si me escapé de casa sin nada después de la discusión más absurda posible con mis padres?

FLASH BACK

Año 840, Mitras

-¿Pero tu te escuchas cuando hablas?- mi madre da un suave  golpe en la mesa que hace que me sobresalte ya que ella no suele reaccionar así a nada

-Más de lo que me escuchas tu, eso seguro...- digo entre dientes algo enfadada

-Pues no lo parece jovencita, compórtate, sabes que no te puedes sentar así y... ¿Qué forma es esa de coger el tenedor? ¿A caso no te he enseñado yo modales?- <<Ooooh, la odio, la odio, en serio>> me siento todavía peor, aún con el riesgo de caerme de la silla

-Tu no me has enseñado nunca nada...- digo refiriéndome al hecho de que yo a ella no la veo más que en las comidas y cuando me la cruzo por casa o en los eventos sociales

-¿Perdona?- mi madre, la mujer perfecta y fantástica, maravillosamente educada, etc., etc. por fin pierde sus papeles y me mira muy molesta 

-Perdonada- me levanto de la mesa bruscamente -Y si no me dejas irme, me iré por mi cuenta

-¿¡Que vas a hacer qué!?- ella viene tras de mi y me coge el brazo con fuerza

-Me piro mamá, y no vas a impedirlo, ni tu, ni tus modales, ni tus montañas de dinero impediréis que me vaya- ella me calla de un guantazo y me señala con el dedo para advertirme

-Yo quizás no... pero tu padre si- ella tira de mi hasta llegar al despacho de mi padre, abre la puerta y me deja allí sola con él 

-¿Se puede saber qué narices pasa?- él no levanta la cabeza de su papeleo ni para mirarme y yo me siento en una butaca con los brazos cruzados

-Madre me ha hecho venir aquí

-Eso ya lo veo, quiero saber el por qué

-Hemos discutido

-Mira, niña estúpida, mi tiempo vale oro, el oro que te paga esa ropa y la comida que comes y la casa en la que vives así que, o me hablas claro y me lo explicas todo, o te vas y me dejas tranquilo

-Pues... ¿Sabes qué? no necesito esta ropa- digo mientras me quito el estúpido vestido de niña rica que llevo puesto -La comida no te la puedo vomitar ahora así que sencillamente no comeré más de ella y me iré de aquí, así no tendrás que gastar ni lo más mínimo en mi

-Pero cómo... ¿Cómo te atreves?- se pone de pie y viene hacia mi para darme un puñetazo en la cara con todas sus fuerzas, cosa que me va a dejar marcada por mucho tiempo -No vuelvas a hacer eso delante mío, nunca más- del golpe me he caído al suelo; le miro con asco y no le escupo por respeto a mi saliva -Y tu no vas a irte de aquí, nunca, bien sabes que desde que naciste tienes la vida predeterminada así que deja de decir tonterías y vete a tu habitación- me pongo de pie con el vestido en la mano y me dispongo a abrir la puerta -Y no salgas hasta que eso se te haya ido- señala mi cara que ahora mismo seguro que está muy roja y la siento inflamada, a demás de que tengo un poco de sangre en la boca; se me ha cortado el labio y me he mordido sin querer la mejilla por dentro, en fin... hago lo que me ha dicho y una vez allí cierro la puerta y empiezo a planear mi huida; no voy a quedarme aquí ni un día más...

KairosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora