—DOE—
Cuando le dije a mi padre que Suga estaba muerto, su única preocupación fue como carajos él había salido de prisión en primer lugar. No tenía el tiempo ni la energía para explicar lo que realmente había pasado, porque lo que realmente quería era su ayuda.
– Quiero adoptar a la hija de Suga. – le dije, de pie frente a su escritorio mientras él hacía clics en su computadora.
El Gobernador rodó los ojos.
– Eres un adolescente sin una fuente de ingresos. La corte no va exactamente a mirarte favorablemente para una adopción. – me dijo él, tecleando en su computadora.
– Dijiste que conocías al juez. Puedes hacer algo. – fijé.
– Sí, puedo hacerlo. Pero eso es sólo una recomendación, Jimin. Incluso con un favor del juez tú todavía vas a tener que seguir el procedimiento apropiado. Siendo un padre soltero no es visto como un favorable solicitante.
– Entonces arreglaré eso.
* * *
– Incrementará mis posibilidades de poder adoptarla. – finalicé. Estaba sentado en el sofá de Jungkook en la casa de la piscina mientras Hoseoki miraba televisión, envuelto en su manta favorita, en el piso. De vez en cuando el voltearía hacia mí, y después de ver que todavía estaba ahí, él sonreiría y se voltearía a Elmo.
– Okay. – Jungkook aceptó, demasiado rápido.
Sacudí mi cabeza.
– No, Jungkook. No es así de fácil. Tienes que tomarte el tiempo de hacerlo. Sólo porque no sería un matrimonio tradicional y sólo por los papeles no significa que no afectará tu vida en distintas formas. Tienes que considerar todo eso antes de tomar una decisión, y pensarlo, no hay realmente un retorno en todo esto para ti, así que tendrías que estar loco para aceptar a hacerlo.
Jungkook ondeó su dedo índice en el aire.
– Y esto es por lo que tú nunca estuviste en el equipo de debate, Jimin. – dijo Jungkook. – Estás discutiendo el lado equivocado. – él agregó.
– Lo digo en serio. – dije. – Esto es serio.
Jungkook sonrió.
– Lo sé. Y sé que no significa mucho, pero realmente lamento lo de YoonGi. – Era la primera vez que Jungkook había dicho su nombre.
– Gracias. Quiero hacer esto por él, pero también por mí. Quizás sea egoísta, pero quiero mantener un pedazo de él cerca de mí.
– Ves, esa ahí, es justamente la razón por la que acepto tu propuesta. – Jungkook dijo. – Porque quiero mantenerte cerca de mí.
– Pero no será…
Jungkook alzó una mano para detenerme.
– No tienes que seguir diciéndolo. Lo entiendo completamente. Pero tengo condiciones.
– ¿Qué condiciones? – pregunté.
Jungkook cruzó su talón sobre su rodilla.
– Aceptaré tu propuesta y aceptaré casarme contigo con la condición de que tienes que intentarlo. No al principio, yo sé que todavía están en duelo, pero eventualmente quiero que lo intentes y hacer que tengamos un matrimonio real. Haremos un esfuerzo, juntos. Por nosotros. Por Hoseok. – él se estiró y tomó mi mano. – Prometo, si tú intentas y si después de un año tú todavía no sientes nada por mí, entonces me alejaré tan lejos como tú quieras que yo vaya…
– Yo… – comencé a alegar. Pero entonces Hoseoki se volteó y me sonrió. Había intentado prostituirme a mí mismo a un motociclista por protección, ¿por qué estaba tan reacio a dar una pequeña parte de mí mismo por la única familia que me quedaba?
– Okay. – acepté. – Pero necesito tiempo, Jungkook. Lo digo en serio. No sé cuándo estaré listo. – dije.
Jungkook besó la parte trasera de mi mano y fue a la cocina donde él recuperó la caja del anillo que me había enseñado el día que me llevó a mí y a Hoseoki al parque de cocodrilos. – Supongo que esto es tuyo otra vez, entonces. – él no trató de ponerse en una rodilla. Él no trató de poner el anillo en mi dedo por mí. Él simplemente me lanzó la caja.
Y fue la mejor cosa que pudo haber hecho porque justo entonces, tenía una esperanza real de que él de verdad entendía por qué estaba haciendo esto. Y porque entendía que tan importante era para mí tener a YooBin, podía intentar y entender que el darle a nuestro matrimonio una oportunidad en el futuro era importante para él.
Abrí la caja y miré fijamente al pequeño anillo.
– Supongo que lo es.
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02. EL TIRANO ||YOONMIN||
RomanceRecuerdo. Todo. Sólo que ahora deseo no hacerlo. Cuando la neblina es succionada de mi mente como humo a través del vacío, la verdad que ha estado más allá de mi alcance por meses, por fin se revela por sí sola. Pero el alivio que pensé que sentiría...