Isabel
¿Por qué se sentía tan extraña? A sus 16 años de edad Isabel rezaba como todas las noches porque le llegara el período. ¿Cómo era posible que se demorara tanto? Se preguntaba. Todas sus amigas ya estaban comprometidas e incluso algunas ya estaban casadas. Era una tradición que en el primer período de las chicas -conocido como el día de San Andrés-, se hiciera una fiesta de presentación ante la sociedad para conocer a quien sería su futuro esposo. El libro de La Salvación decía "el matrimonio es un lazo que te une con alguien para toda la vida, espiritual y fisicamente". También decía que Adán y Eva inculcaron esta forma de vida a sus hijas, y éstas a su vez se lo inculcaron a sus hijas y, así sucesivamente.
Las mañanas en Santa Villa eran una locura, todas las personas del pueblo madrugaban; los hombres se iban a cultivar y las mujeres se encargaban de sus hogares e hijos. Tenían un modo distinto de vida al de la ciudad, nunca nadie había salido de ese pueblo a excepción de los sacerdotes, que mes con mes visitaban la Parroquia de San Isidro para recibir donaciones de alimentos, ropa y cosas básicas para los chicos del orfanato.
Doña Patricia estaba al borde del llanto, tenía que preparar el almuerzo antes de que su esposo llegara a casa y el pequeño Dan no dejaba de llorar.
-¡Isabel ven aquí! -llamó a su hija.
Después de unas cucharadas de mantequilla de maní que dio Isabel al pequeño Dan, Patricia pudo terminar el almuerzo a tiempo.-Joel, ¿qué tal va la cosecha? -preguntó Patricia al mismo tiempo que se sentaba en la mesa junto a su familia.
-Excelente, mi amor. Los jitomates ya están madurando al igual que las demás verduras -respondió con entusiasmo su esposo.
La familia de Isabel era una de las cinco familias más ricas en el pueblo. La ganadería y agricultura les resultaba de maravilla y Patricia era quien más complacida estaba de las ganancias.
-Tal vez deberías contratar a una muchacha para que te ayude con los quehaceres, mujer -comentó Joel.
La idea le venía rondando últimamente pero no se atrevía a comentárselo a su mujer, sabía que Patricia se esforzaba mucho por mantener la casa limpia, tener siempre las cacerolas llenas de comida y enseñar a sus hijos, sobre todo a Isabel a ser una buena esposa cuando llegara el momento.
Patricia casi se atraganta.
-Ninguna mujer va a venir a enseñarme cómo hacer las cosas. Mi madre se encargó de su hogar y 10 hijos perfectamente sola, y yo con 2 puedo y me sobra.
El silencio inundó las cuatro paredes del comedor por unos minutos.
-Isabel, ¿por qué no comes frijoles? -preguntó su madre al ver que su hija solo estaba jugándolos.
Isabel alzó la mirada.
-No tengo mucha hambre. Creo que tengo el estómago revuelto -hizo una mueca.
Su madre la miró mal y soltó el tenedor sobre la mesa, provocando un sobresalto en todos.
-No me vengas con esas cosas. Tu padre trabaja duro para traer comida a esta casa y a nuestro Padre Celestial no le gustan las niñas desobedientes y que dejen la comida que nos brinda.
Isabel abrió más los ojos. No podía creer que su madre le hablara así por sentirse mal.
-Tranquila, Patricia -intentó calmarla Joel-. Si Isa se siente mal creo que debería ir a descansar un poco.
-¿Descansar? ¡Ni que tuviera la regla! -gritó exaltada-. Eva tuvo su primer periodo a los 12 y su primer embarazo a los 14. Y tú... -señaló a su hija- ni siquiera eso. Me avergüenzas ante mis amistades. ¡Todas sus hijas ya están comprometidas! ¡Anelise ya hasta va a ser madre! Todos los días me pregunto qué hice para merecer esto -dio media vuelta y se fue.
Isabel indignada comenzó a llorar, no comprendía por qué su madre le había gritado así ¡No era su culpa! Aún le dolía recordar aquella vez en que la había llamado "maldita" por no haber tenido su período el año pasado. Ella creía que el Creador tenía otros planes para su vida y su madre no tenía derecho a juzgarla.
Su padre, preocupado se acercó a ella para consolarla, no dijo nada, solo se limitó a abrazarla.
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La chica equivocada (pequeña historia) #Terminada
Fiksi SejarahNo casarse no era una opción. Estar sola era sin duda lo peor que podría pasarle a Isabel Akar y a su familia. Debía de llegar el día de San Andrés para poder ser bendecida y conocer al amor de su vida. Salir del orfanato era el plan. ¿Casarse? Ni e...