Enfrenta las consecuencias

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Debo irme, tengo una misión.

Las palabras que el mismo Din había dicho meses atrás comenzaron a dar vueltas en su cabeza. Volvería al planeta de la mujer que había rechazado, y no estaba nada listo para enfrentarla.
Todas las noches, al recostarse y cerrar los ojos, se le venía a la mente su rostro... Su rostro de tristeza al ver que él no correspondió sus sentimientos.

Quédate aquí... Conmigo.

El mandaloriano suspiró antes de bajar la compuerta de la nave, para luego tomar al niño en brazos y comenzar a abrirse paso por aquel bosque que tan bien conocía.

—Descansaremos un tiempo aquí, niño.—el bebé miró al hombre—. Viví un tiempo en este planeta... Es seguro.—

Cruzaron una pequeña laguna.

—Seguí a un objetivo hasta aquí, pero al capturarlo... no pude entregarlo.—Din suspiró—. Ella fue juzgada injustamente, era inocente... así que la dejé libre.—

—¿uh?—Grogu alzó las manos hacia la pequeña taberna a unos metros.

—Ella trabaja ahí... no sé si esté listo para hablarle.—

Reuniendo un poco de valor, el mandaloriano se encaminó al edificio y tomó asiento en una de las mesas.
Cuando vio acercarse a la mujer de rojos cabellos, su corazón latió con tanta fuerza que creyó atravesaría el beskar de su armadura. Por parte de la mesera, la pequeña sonrisa en su rostro desapareció al ver quién era el cliente que debía atender. Exhaló lentamente, contó hasta cinco y se acercó a la mesa.

—Hola, ¿ya... sabe qué va a pedir?—forzó una sonrisa.

—Sí, eh... una sopa de hueso para el niño.—la mujer miró con curiosidad a la criatura y asintió.

—Se la traeré enseguida...—

Al ver que pretendía marcharse, Din atrapó su mano.

—¿por qué haces esto, ____?—

—"Olvídate de mi... Yo no tengo cabida en tu vida."—la mujer se liberó de su agarre—. Eso me dijiste después de rechazarme ¿lo recuerdas? Pues eso hago.—

El hombre se maldijo en silencio al ver lo herida que estaba ____.
Se arrepentía enormemente de lo sucedido aquella noche, no solo porque había mentido en cuanto a sus sentimientos, sino porque gracias a ello lastimó a la única persona que había amado en su vida.

—¿uh?—Grogu llamó la atención de Din.

—Es ella... de quien te he hablado antes.—

La criatura miró a la mujer que se perdió en la cocina, preguntándose cómo una simple persona había logrado alterar tanto a su protector.
Din mantuvo la mirada en la puerta que la pelirroja acababa de cruzar, esperando ansioso que volviera a salir. Fue entonces que aquel hombre con ropa de pescador entró a la taberna.

—¡____, tu novio está aquí!—exclamó la mesera de la barra, alertando al cazarrecompensas.

¿cómo que "novio"?

Cuando Din vio que la mujer salió de la cocina y rápidamente abrazó al desconocido, sintió una extraña sensación en el pecho.

No le gustaba.

—Aquí tienen.—otra mesera les alcanzó la sopa—. ¿necesitan algo más?—

Din dejó unos créditos sobre la mesa, mirando aún a la mujer a algunos metros.

—Información... ¿quién es ese?—señaló al hombre que charlaba a gusto con ____.

—Jin Razo, un simple pescador.—la mesera tomó los créditos—. Viene una vez por semana a visitar a ____, al parecer son pareja o algo así.—

~The Mandalorian / Din Djarin - One Shots & ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora