Javier Peña "Narcos" (2/4)

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—¿¡qué pasó!?—

Peña apareció en el hospital, acercándose apurado a Murphy. El rubio tenía múltiples golpes en la cara.

—La crucé cerca del centro y como la vi rara, la seguí... Los que mataron al informante la golpearon hasta casi matarla.—el rubio agarró a su compañero de la chaqueta—. Te llamé mil veces, Peña... ¿dónde mierda estabas?—

—Yo no...—

—Cuando llegué ya era demasiado tarde... Creí que tú la ayudarías con el informante, estaban juntos en la oficina ¿¡por qué la dejaste ir sola!?—

—¡no creí que se arriesgaría así!—

—¡es ____! ¿¡qué esperabas?!—

Murphy se alejó del hombre apenas vio llegar a su esposa.

—¿esta... todo bien?—la rubia miró extrañada al dúo.

—¿qué haces aquí?—Javi se acomodó la chaqueta.

—Fuera del horario de visitas solo pueden quedarse mujeres... Pasaré la noche aquí por si ____ despierta.—el hombre asintió vagamente.

—Pasaré por ti en la mañana ¿si?—Murphy besó a su mujer antes de comenzar a alejarse—. Te amo.—

—Yo también te amo...—

Al estar a solas con Peña, Connie habló.

—Algo me dice que tú tuviste algo de culpa en esto...—

—Ella se fue de la oficina y... no creí que haría esta locura.—

—¿no cenaban juntos los viernes? ¿dónde estabas?—el hombre no respondió—. Bueno, supongo que eso no importa ahora... Gracias a Dios ella esta bien.—

—Gracias a Dios no, gracias a Murphy.—Peña comenzó a alejarse—. Nos vemos.—

~•~

—¿cómo que se fue del hospital?—

—Despertó en la madrugada, firmó el alta voluntaria y pidió que la lleváramos a casa.—Murphy se sirvió un poco de café.

—Pero estaba mal, debías dejarla aquí.—

—Esta fuera de peligro, golpeada como el diablo pero nada que no pueda manejar. Algunos antibióticos y descanso y en una semana estará como nueva.—miró a su compañero—. Pero si te preocupa, ve a visitarla.—

Cuando el latino llegó a la oficina y le pidió novedades a Murphy, lo último que esperaba oír era que la mujer se había largado del hospital.

—Dudo que quiera verme, tenía muchas llamadas perdidas de ella cuando pasó el ataque.—

—Con lo que odia que no le contestemos las llamadas... Bueno, haz lo que quieras.—

~•~

Javi lanzó su celular frustrado a la cama, pues la quinta llamada que le hacía a su compañera fue rechazada... Tal y como las anteriores lo fueron también.
Sabía que si quería hablar con ella debía ir a su casa, pero también sabía muy bien que ella le gritaría mil cosas y ninguna bonita.

Necesitaría una ofrenda de paz.

~•~

—Tranquilos, no estoy tan mal como parece.—____ se sentó en el sofá, acariciando al par de gatos que se acercó apenas tomó asiento.

Estaba por recostarse, cuando sonó el timbre de su casa.
Después de la paliza que le dieron los hombres de Escobar, una pequeña paranoia había invadido a la latina. No quería ni podía volver a pasar por lo mismo. Su cuerpo no lo soportaría.
Tomó la pistola que escondía bajo su mesita ratona y caminó hasta la puerta, asomándose por la mirilla. Frunció el ceño.

~The Mandalorian / Din Djarin - One Shots & ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora