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Raven

Llevamos a Indra al sofá, la hicimos recostarse y le preparamos un té para que se calmara.

—¿Cómo que desapareció? ¿Qué sucedió? —dijo sentándose en el sofá para tomarse el té y yo asentí.

—No lo sabemos, ella salió una tarde y jamás volvió, un amigo, Bellamy, encontró su celular destrozado cerca de un parque de aquí —hice una mueca, estaba preocupada por Clarke.

—Dios, no, seguramente ellos la tienen, ellos están aquí —la mujer habló en un tono bastante preocupante.

—¿Ellos? ¿Quienes son ellos? —habló Octavia esta vez.

—Azgeda, Nia Azgeda —frunció el ceño—. La historia de Lexa es más complicada de lo que parece, yo no soy su verdadera madre.

—¿Quien entonces? —Octavia parecía desconcertada.

—Callie y Titus, así se llamaban sus padres, no los conocí bien, pero ella siempre dijo que eran muy buenos, y se veía a la distancia, vivíamos en el mismo vecindario, a unas cuantas casas de distancia.

Lexa
Hace 18 años

Estaba jugando con Heda, mi pequeño mapache de peluche cuando escuché unos gritos de mis padres, me asomé por las escaleras para escuchar mejor lo que decían.

—¡¿Cómo se te ocurrió hacer un trato con ella?! —mi mami gritaba muy alto, tan alto que logró asustarme, me abracé a Heda.

—¡Era la única opción, sabes que lo perdimos todo! —ahora mi papi también gritaba muy feo, yo antes vivía en una casa muy muy grande, enorme, pero algo pasó y nos tuvimos que mudar a una más pequeñita, papi siempre decía eso de que habíamos perdido todo. No me gustaba que discutieran así que bajé con cuidado las escaleras, uno por uno con ayuda de Heda y fui con ellos.

—Mami, mami ¿podemos jugar? Heda está aburrida —le hice un pequeño puchero y ella me tomó en sus brazos y me cargó.

—Claro que si, Lexi —sonreí con emoción—. No hemos terminado —le dijo a mi papi y se vino a jugar conmigo.

No pasó mucho tiempo para cuando volvieron a discutir acerca de una tal señora Azgeda con la que papi había hecho un trato para poder mantenernos, o al menos eso era lo que decía, yo no entendía mucho de que hablaba.

El año siguiente habíamos cambiado de casa al inicio, estuvimos ahí unos meses, era un poco más grande, pero después volvimos a una casa un poco más pequeña que la anterior, era raro vivir en tantas casas en tan poco tiempo, o al menos eso decían mis maestras.

Mis papás seguían hablando de la tal señora Azgeda, decían que era una mujer mala, o eso decía mi mami cuando regañaba a mi papi.

Papi decía que tenía una deuda que no había podido pagar, y que estaba preocupado, y mami lloraba, supongo que está triste por papi.

—¡Lexi! —bajé junto con Heda las escaleras, Heda seguía conmigo aún en todas las mudanzas, mis papás me la habían regalado en mi cumpleaños, era mi compañera favorita.

—¿Si, papi? —dije llegando con él y lo abracé, dejé a Heda en el suelo, el me cargó y yo dejé un beso en su mejilla.

—Sabemos que te has escapado por quien sabe dónde a casa de Anya —bajé la mirada apenada.

—Lo siento, papi —hice una mueca—. Es que Heda y yo nos aburrimos mucho, y Anya suele jugar conmigo.

—No pasa nada mi vida —me dio un beso en mi frente y yo sonreí, me bajó y mi mamá llegó con mi mochila, estaba llorando.

—Mami ¿qué pasa? —limpié con mi manita sus lágrimas y ella me cargó.

—Nada, mi vida, solamente ve a jugar con Anya ¿si? Estarás unos días allá en su casa, y dale este sobre a Indra, de nuestra parte —me dio un beso en mi frente también, ambos me abrazaron—. Cuídate mucho, Lexi, pórtate bien —sonreí asintiendo—. Y sal sin que nadie te vea, por donde sueles salirte —asentí y los abracé, mami guardo el sobre en mi mochila y yo ya me iba a ir.

Salí de la casa por el patio trasero, mi mochila pesaba un poco más de lo usual, no sé qué traía, después iba a ver, y caí en cuenta que había dejado a Heda.

Dejé la mochila detrás de unas plantas de una de las casas y volví a mi casa por Heda, entré con cuidado a la casa y escuché unas voces, eran las voces de mi mamá y mi papá, pero también la voz de otra señora, tomé a Heda que estaba en el suelo.

—Busca a la niña —dijo la voz que no conocía ¿a mi? Tomé a Heda y salí corriendo por donde entré, me quedé detrás de la vaya del jardín mirando, supongo que no me podían ver desde ahí, ahí siempre solía esconderme cuando jugaba con mis papás y sólo me encontraron una vez. Entró un hombre que me dio mucho miedo, estaba muy serio.

—La niña no está aquí —la voz del hombre era muy grave, la mujer que no conocía entró a la habitación, parecía molesta.

—¿Qué esperas? ¡Encuéntrala! —gritó y me asusté, salí corriendo, tomé la mochila y fui a casa de Anya, su mamá abrió la puerta, entré y le entregué el sobre que mis papás me habían dicho.

Indra miró afuera de mi casa, estaba una camioneta negra muy grande, y los hombres trajeados, no era la primera vez que los veía, era con los que mi papá hacía tratos, eso es lo que decía mamá.

Raven
Presente

Indra nos contaba el relato de la vida de Lexa, la miramos prestando atención, no tenía idea que eso le hubiera pasado a ella.

—Ahí entendí todo, Azgeda era una mujer de mucho poder y de mucho cuidado, y estaban en contra de ellos porque Titus no pagó la deuda que tenía.

—Indra ¿qué sucedió con los padres de Lexa? ¿Los tiene Azgeda? —Octavia estaba desconcertada, como en algún tipo de shock, pero aún así habló para preguntar.

—Ella los mató —me miró fijamente, y todo obtuvo sentido, es por eso que Lexa no solía hablar de su familia, es por eso que Clarke tenía razón al pensar que estaban muertos.

Vuelve a mi (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora