- no despertará en unos días. -anunció Junjie.
Ante esta respuesta, las Protectoras del Norte y Sur tuvieron diferentes y a su vez semejantes reacciones.
Analia se angustió y Natasha se enfadó.
- afortunadamente... Sigue vivo. -animó Analia luego de calmar su preocupación.
- ¿Crees que eso es suficiente? -cuestionó su compañera con rudeza, la nativa se quedó en silencio.
Junjie observó de reojo a su mejor amigo inconsciente y con lesiones poco leves.
Aparentemente, Eli había sido víctima de una explosión, dado a que tenía algunas quemaduras, que, afortunadamente, no llegaban a ser de un alto grado, dado a que la ropa de Eli era de un material que en cierta manera era resistente a temperaturas extremas. Sin embargo, también tenía golpes y uno muy considerable en las costillas, tanto así, que tres de estas fueron rotas.
Además de Eli, su arsenal de babosas estaban sumamente dañadas, agotadas y enfermas. Pero, gracias a sus años de entretenimiento y también experiencia, pudieron resistir hasta que la ayuda llegó.
Las únicas personas a las que Analia podía recurrir era a los otros protectores, no se podía permitir involucrar ni en lo más mínimo a alguna otra persona, así que, una vez tuvo a Eli y sus babosas a salvo, llamó con gran urgencia a los otros dos lanzadores.
Cada uno, incluso Analia colaboraron con la mejor medicina que tuvieran disponible, por lo tanto, Eli ahora se encontraba en un mejor estado, solo le quedaba reposar.
- ¿Dónde está él? -demandó Natasha con amargura.
Analia dudó en si hablar, pero al final, lo hizo: -apenas llegué al punto de encuentro, La Desgracia Amena dejó a Eli y huyó.
Inmediatamente, el puño de Natasha se alzó y lanzó contra la mesa en la que se encontraban reunidos los tres restantes lanzadores. Un potente CRACK resonó y la mesa se partió casi en dos.
Ante el ruido y vista de esto, todos los arsenales presentes se alejaron de sus lugares quedándose a varios metros de distancia.
- si realmente fuera su plan, entonces, Eli hubiera muerto de una vez y no lo habría traído. -argumentó Analia.
- ¡Deja de defenderlo!
- ¡Deja de ser tan impulsiva!
Junjie compartió una mirada con su única babosa que no se había ido por el temor, Joo Joo negó con la cabeza en señal de que era un caso perdido el intentar calmar la tensión que había.
Analia era el tipo de persona que era tan justa y compasiva, que muchas veces llegaba a ser demasiado generosa. Mientras que Natasha, era tan justa y severa que a veces tomaba medidas drásticas y era impulsiva.
Luego de haber intercambiado aquellos exclamos, Analia hizo un gesto con ambas manos en señal de detenimiento: -discutiendo no sacaremos nada. Y si tomamos este asunto como algo personal, no llegaremos lejos.
- ¿Qué estás insinuando? -rugió entre dientes la otra mujer.
Analia inhaló y exhaló: -comprendo como te sientes, ya está bien. Pero, si dejas salir el rencor que tienes en una situación como esta, estás afectando el orden al que queremos llegar. De por sí, todos nos sentimos terribles, pero hay que contenernos, aunque sea hasta que este asunto termine.
- no terminará.
Natasha había dejado hablar a Analia sin interrupciones, mas, no parecía haberle atendido o siquiera escuchado.
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Un Pensamiento De Todas Las Vidas || Bajoterra
Fanfic|| EDITADO || La Desgracia Amena. Título otorgado al mayor genocida en Bajoterra y más allá. Una vez luchó por el bienestar de su hogar junto a la banda de Shane, años más tarde, esparció la miseria en las cavernas. Han pasado diez años desde enton...