Un Pensamiento De Todas Las Vidas || Bajoterra

45: Una enorme coincidencia cita a la desconfianza

El momento en que el Clan Sombra llamó la Eli y este fue junto a la compañía de Junjie, supo que el tema no iba a ser fácil de tomar.

El líder del Clan Sombra había dicho en un momento dado que, por aquel instante, no iban a pedir respuestas ni demandar el tiempo que Shane estaba requiriendo para atender el caos que había en Bajoterra y más allá. Pero, siempre había un límite de espera, por lo que se sacó el tema de La Desgracia Amena y la nueva amenaza que iba en contra de las Noventa y Nueve Cavernas.

— la persona que está atormentado a las babosas y tiene aliados de los que nos cuentas, son un enemigo, y otro enemigo más, es La Desgracia Amena. —había decretado el líder del clan.

— lo sabemos. —admitió Eli con firmeza, en su apoyo, fue Berpy a dar un asentimiento en acuerdo.—. Sin embargo, hay asuntos que atender con La Desgracia Amena. Una vez acabe eso, él será juzgado, tanto por la gente común como por ustedes.

La Desgracia Amena era un genocida de primera con antecedentes y delitos que no hizo suficiente cara. Alguien así no podría estar en libertad, ni siquiera en la superficie que es de donde Rui había retornado de la muerte. Era sentido común.

Además de la resolución de temas y asuntos tras bambalinas, la razón por la cual mandaron a la Protectora del Norte a convencer a La Desgracia Amena de quedarse, fue que la criatura tendría que pagar por todo lo que hizo. No importa si Rui había hecho algunas pocas buenas acciones desde su retorno, no significaba que sus actos despreciables del pasado habían quedado en olvido o serían perdonados.

— además, tenemos mucho en contra, necesitamos de sus habilidades, y cuando esto termine él pagará por todo lo que ha hecho. —sentenció Eli haciendo sus manos puños.

— ¿Y crees que no sabrá lo que tienes planeado? ¿Qué tal si en realidad todo esto es orquestado por La Desgracia Amena? ¿O sí en este momento ustedes no son más que sus peones? —cuestionaba el líder Sombra con autoridad y la cabeza en alto—. Saben la clase de criatura que es, saben lo que es.

— lo sabemos y por ello haremos todo lo posible— intervino Junjie, indispuesto a dejar que su compañero tomará toda la palabra.

— te dejaron la tarea de acabar con la Desgracia Amena, y no lo hiciste, no hiciste lo posible. —afirmó el líder estando notoriamente disgustado con la intervención del extranjero.

Aunque eso no era cierto, sería imposible hacer cambiar de opinión al Clan Sombra, al menos con palabras. Ellos se guiaban más de las acciones, no por nada en un inicio estaban en constante conflicto con las civilizaciones que agredían a las babosas más allá de su territorio. Incluso en la actualidad, la desconfianza iba a flote mientras que las dudas llenaban las cabezas zumbando incesantemente.

Eli detuvo a su camarada con un gesto de negación.

— el descendiente de Yang debe de retirarse. —demandó el líder teniendo su mirada afilada— no es necesario.

Junjie se mordió la lengua, sus ojos observaban el suelo, y tras recibir una palmada en el hombro por parte de su compañero se alejó. Joo Joo se asomó hacia su lanzador este solo pudo darle una mirada sencilla y así continuar con su retiro.

Eli lo visualizó irse y cuando ya no pudo detectarlo entre la vegetación de la caverna, se volteó a ver el líder Sombra. Por un instante, veía al anterior líder, aquel que le había tenido recelo y luego una amistad promedio unidos por la idea del bien de Bajoterra. Alejó ese recuerdo y decidió concentrarse.

— ¿De qué debemos hablar ahora? —le preguntó.

— el cadáver de Thaddeus Blakk.

Hace no mucho, Eli envío a una valerosa babosa estropeada hacia el Clan Sombra, con el mensaje de que le hicieran el enorme favor de inspeccionar el cadáver de quien fue su enemigo en el pasado.