Capítulo 25

7.6K 621 933
                                    



I used to call you my own, my dear.

Había perdido la cuenta de los días que llevaban encerradas en esa mugre habitación de motel, siendo vigiladas noche y día como ratas de laboratorios en pleno experimento. Eran demasiadas las ideas que habían puesto sobre la mesa para escapar, librando a los orangutanes de Clover Kennels, quien días atrás se presentó para vanagloriarse frente a ellas de lo bien que estaba llevando la situación y supuestamente de lo inteligente que era. Hally tuvo que contener a Helena para que esta no saltara sobre la chica y la golpeara hasta la muerte.

La habitacion contaba con una cama King size, una nevera descompuestas, un televisor averiado y una especie de cocina mal trecha. El papel tapiz de las paredes era un rojo vino podrido por la humedad del lugar. Tenía una sola ventana y estaba vetada, tan solo podían ver la luz del sol y la oscuridad de noche, eso sin contar que los matones de Clover merodeaban por allí, no existía una escapatoria prudente a su situación y cargaban con un bebé lo cual, desfavorecía sus planes de escape. Disponían de un baño sin puerta, tan solo tenía un toilette y lava manos ¡Ni siquiera una asquerosa bañera!

—¿Podrías sentarte? Me estás mareando.

La pelirroja le obsequió una mala mirada a Helena, estaba agotada, llevaba horas intentando dormir a la pequeña, quien no era para nada dócil para su poca existencia. La mecía entre sus brazos mientras caminaba de un lado a otro por la habitación.

—No. Estoy tratando de dormirla.

—No haces un gran trabajo.

—Y tú tampoco ayudas— Le reclamó —Además, era tu turno de atenderla, no jodas.

La chica resopló en respuesta.

Hally continuó con su labor por un rato hasta que la respiración del infante se normalizó y no se quejaba más. La recostó sobre la cama y aseguró los lados con un par de almohadas. Si salía con vida de allí, no tendría hijos, definitivamente.

Organizó algunas cosas de la bebé que estaban regadas por todo el gavetero. Era su primera vez siendo nana y sin lugar a duda, siendo secuestrada.

—Mataría por una ducha con agua muy caliente—Comentó la pelirroja.

La chica sentada en un pequeño y mal gastado sillón río— Bueno, es la primera vez que duro tanto sin tener sexo así que, creo que te entiendo.

Hally río. No, eran amigas, pero, tampoco enemigas. Habían dejado claro los términos desde los primeros días en ese lugar, no podían pelear entre ellas cuando tenían un enemigo más fuerte en común, debían unirse para poder sobrevivir y así lo habían hecho hasta ese momento.

—¿Tú y tu esposo no tienen otra cosa que hacer más que solo tener sexo? —Preguntó la pelirroja en un tono jocoso.

—¿Quién dice que es con mi esposo? —Hally observó a la chica aterrorizada por la confección—No soy precisamente una santa.

—Supongo que nadie lo es—Exhaló—. Hoy es mi baile de primavera, antes de la graduación. Qué triste.

—Triste por el chico que dejaste plantado.

—De hecho, iba a ir con mis amigas—Terminó de poner todo en orden. Tomó asiento en el borde de la cama con cuidado de no despertar a Darsie, observó a la rubia mirarla como si fuese un bicho raro—. ¿Qué?

—¿Por qué con tus amigas?

—No soy la más popular de la universidad, supongo—Confesó con una mueca triste.

El Precio del Placer (Larry Stylinson/M-pg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora