Capítulo 3

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La noche cayó en su auge más esplendoroso. Cuando la luna alumbraba las calles de Londres era el escenario más vigoroso que los ojos humanos podrían apreciar. Sin embargo, para Luke no existía otra belleza natural más que la de su esposo con cara de pocos amigos mientras se arreglaba para la cena que tenían en un tris. El de pelo negro lucía unos simples vaqueros con una camisa básica de color azul cielo.

—Si no quieres ir amor, no te obligaré ¿Lo sabes no?—Expresó Luke desde la comodidad de su sofá en la habitación—Sé que no toleras a Styles.

—Oh, claro que iré—.Volteó para mirar con reproches a su amado—Iré porque conociéndote y con lo débil que eres con respecto a Styles, capaz le cedes el 50 por ciento de la empresa, o peor.

—No soy tan estúpido Louis y sí así fuera ¿Qué problema hubiera? Harry y yo somos prácticamente la misma persona, es mi mejor amigo y mano derecha.

Louis vislumbró la inocencia vívida en los ojos de Luke, es que confiaba ciegamente en su amigo. En cierta parte aquello lo entristecía, si bien es cierto Harry podía ser hasta su hermano si el decidía darle ese lugar, pero Louis sabía que Harry tenía una daga tras la espalda para clavarsela a Luke cuando este menos lo esperara. Lo siente, lo ve en la manera en que mira a su marido cuando este no se da cuenta. Con envidia morando en sus ojos.

—Como sea Luke. ¿Nos vamos?

—¡Hasta que al fin!—Se levantó feliz de que ya su esposo estuviese listo—Me encanta que uses esos pantalones tan apretados. Hacen ver tu trasero más deseable de lo habitual.

Y si bien era cierto, Louis era un chico bendecido por tener unos glúteos firmes, esponjoso, regordetes.

—Eres un provocador—Besó tiernamente los labios de su marido—. Tenemos que irnos—Susurró.

Luke soltó una risa leve y asintió. Tomando la mano de su marido y juntos caminaron hasta el auto de Luke, era una noche espléndida; sin ningún indicio de que fuese a llover aunque ya el invierno tocaba a su puerta. Luke abrió la puerta del elegante Cadillac para su marido, un gesto que, si le permitían ser sincero, enamoraba a Louis de una manera sin retorno. En definitivo, su matrimonio era perfecto. Para él lo era.

El transcurso del tiempo que estuvieron juntos en el auto con marcha a la casa de Styles, fue el momento más divertido del día; en la radio sonó la canción que Louis y Luke bailaron el día de su boda. Ese día los nervios del mayor salieron a flote como una flor que se abría para recibir los cálidos rayos del alba. Sus manos sudaban, inhalaba y exhalaba tratando de calmar la inquietud de su cuerpo, a todo eso Luke le susurró que todo estaría bien. Bailaron I don't wanna miss a thing, canción en la que se prometían tantas cosas que hasta ahora han cumplido al pie de la letra.

El hermoso Cadillac fue aparcado en la rotonda de una casa con un estilo demasiado británico para el gusto de Louis ¿Qué Harry no podía hacer algo bien? O por lo menos algo que agradara a Louis. Luke abandonó el auto para abrirle la puerta al menor, ofreciéndole su mano para levantarse, la cual Louis aceptó dichoso y con sonrisas en sus labios se encaminaron a subir los escalones correspondientes para llegar a la puerta.

Una rubia que Luke conocía a la perfección fue quien les abrió. La chica dibujo una sonrisa en su rostro al ver al alto chico de sonrisa infantil frente a ella.

—¡Luke!—. Exclamó con felicidad al ver a su amigo y sin oscilar, abrazó a Luke gustosa, siendo correspondida por el mismo—. Dios, cuánto has crecido. ¡Y Louis! Qué gusto verte—Saludó al mencionado con la misma sinceridad que lo hizo con Luke. Ganándose una sonrisa a medias como respuesta.

—Tay, me viste hace una semana—. Luke río con diversión. Siguió a Taylor hasta el interior de la casa con Louis tomado de la mano.

—¿Parezco una mamá? Perdón, es que tu y Harry son como los mocosos que no tengo—La chica tomó asiento en el gran mueble. Louis y Luke hicieron lo mismo.

El Precio del Placer (Larry Stylinson/M-pg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora