Day 6

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Día 6

Maldición

Odazai.

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No era la primera vez que estaban de esa manera juntos, sin embargo si era la primera vez que el pelirrojo le había pedido tener afuera las vendas y no era que a Dazai le molestara lo que estas ocultaban pero aún así se le había hecho tan raro aquella petición, con voz calmada y un tanto juguetona se acercó al más alto.

— Entonces quítamelas tu.

El castaño era capaz de darle gusto al más alto sin necesidad de querer algo a cambio, es más estaba seguro de que si este le decía que matara a Mori para que tomara su lugar de líder y dejarán de matar entonces sin dudar Dazai lo haría.

Por otra parte Oda quitaba con todo el cuidado del que era poseedor las vendas de los brazos, cuello, piernas y torso del más joven.

Cuando Dazai se vio despojado de aquellos fragmentos de tela, comenzó a sentir miedo de lo que su amante pensaría, más la respuesta que este le dio al notar su semblante lo hizo calmarse.

—Con o sin estas heridas me sigues pareciendo hermoso Osamu — Le había dicho mientras tomaba entre sus manos ásperas el rostro del contrario, acto seguido le depositó en cada mejilla un beso, luego uno en la barbilla, nariz, frente para terminar uniendo sus labios.

Por su parte Dazai no sabía el significado de aquel ritual de seis besos, Odasaku siempre se los daba antes, durante o después de lo hecho y a él poco le importaba.

Un beso en su cuello fue dejado y lo siguiente que Dazai pudo sentir fueron los cálidos besos y caricias depositadas en cada cicatriz  producto del trabajo o de sus intentos fallidos de suicidio.

Jamás se lo dijo pero le agradecía al pelirrojo por amarlo con todo y cicatrices.

Aunque estaba más que seguro que no hubiese sido necesario decírselo.

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Despierta y suelta un ligero gruñido, su mirada se dirige a la ventana afuera aún se cierne la luna y unas cuantas estrellas, maldice por debajo, abraza sus piernas para luego recargar su rostro en las rodillas y cierra un momento los ojos.

Un pronunciado suspiro sale de él y cree que el creador le ha puesto una maldición para que siempre esté recordando momentos vividos a lado de Odasaku.

— Supongo que a ti te hace mucha más gracia ¿No es así? ¿Te es divertido verme despertar alterado y buscando a alguien que ya no está? — Pregunta molesto a la nada. — Esto ha sido un mal chiste desde hace más de 6 años ¿Cuánto más vas a hacer que esta maldición dure? —

Pero no hay respuesta, solo el sonido de los árboles crujir ante la ligera ráfaga de aire, grillos y cigarras, y muy a lo lejos algún pobre diablo que fue asesinado a manos de la port mafia.

Angst WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora