Day 7

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Día 7

Tema libre: City of the death.

ChuuAkuFem!

Akutagawa fem.

Aclaración cuando vean [🎶🎶🎶] por favor reproduzcan el vídeo que está en multimedia es solo de ambientación, pueden no ponerlo y no afecta mucho.

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Grite, grite tan fuerte pero nadie me escuchó.

Akutagawa despierta exaltada volteando a todos lados, la respiración es errática y su vista aún no se acopla a la oscuridad a su lado un joven de no más de veinticuatro años se despierta colocando sus manos en la espalda contraria trazando círculos le susurra palabras de calma.

— Ha sido sólo una pesadilla Aku — Le dice haciendo que la azabache volteé a verlo.

— Se sentía tan real Chuuya — Susurra con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas.

— Todo está bien, estás aquí a salvo y eso es lo que importa — Contesta atrayéndola hacia él, esta lo abraza y esconde su rostro el pecho de su pareja.

El sueño la vuelve a invadir y se deja consumir por morfeo, Chuuya se queda un buen rato acariciando las hebras azabache, mirando por el ventanal. Afuera la luna se cierne aún pero no hay estrellas que la acompañen.

***

Cuando el primer rayo de sol le da en la cara a Akutagawa suelta un gruñido de molestia, desconoce en qué momento se giró o cuando fue que Chuuya se levantó. Con molestia despierta y talla sus ojos, busca las hebras pelirrojas o de mínimo algún indicio de que el segundo al mando de la Port Mafia siga en el departamento pero no hay nada. Se levanta dirigiéndose al comedor ahí está hecho su desayuno seguido de una nota de Chuuya, no puede reclamar puesto que sabe que deben ser cautelosos para las demás organizaciones que están bajo el mando de la mafia no la usen como chantaje para convencer a Chuuya pero a veces Akutagawa se pregunta si alguna vez va a despertar con el pelirrojo acompañándola.

Sin más ingiere lo preparado, deja los trastes en el fregadero y se dirige a su cuarto, busca que ropa va a ponerse, el día es fresco y soleado así que algo holgado estaría bien, saca una falda larga de color amarillo, una blusa de botones negra de manga corta y unas zapatillas de tacón bajo.

Se va a tomar un baño y se viste, lava los platos luego los seca para luego colocarlos en la alacena, cepilla las hebras azabache su mirada se dirige a las puntas blancas, más de una vez intentó pintarlas pero Chuuya siempre la detuvo diciéndole que era parte de su encanto además de que eso la hacía especial, ella avergonzada le decía que se callará y se iría a saber dónde. Suspira y toma el libro de poesía que le dedicó el pelirrojo, ya lo ha leído más de veinte veces pero a ella no le importa.

Dos horas después escucha tres golpes en la puerta, la chica suelta un bufido y cierra el libro para dejarlo en la mesita de noche, camina hacia la puerta encontrando al albino con una cara de culpa.

— Dos horas tarde Jinko — Dice tomando las llaves y su bolso.

— Lo siento Akutagawa, Dazai-san no me dejaba ir — Se disculpa.

— Uhmm… Ya, solo te recuerdo que estás bajo el mando de Chuuya no de Dazai, comprame higos y no digo nada  — Le chantajea.

Al albino no le queda más que rogar porque lo que le quede de paga le rinda, para comprar la fruta que la chica le solicita.

Angst WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora