Capitulo 1

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Éste era el sexto mes que estaba encerrado en éste sucio lugar, no sabía dónde estaba, ni mucho menos en manos de quiénes en verdad mente estaba. ¿ Cómo sabía cuánto tiempo había pasado? Simplemente lo sentía, lo calculaba o sólo lo suponía.

No sabía nada de mi madre ni de Monik y eso hacía que la preocupación sea el doble. Tenía miedo que el hombre que nos atacó les haya hecho algo.

Debes en cuando alguien bajaba a alimentarme y a darme un poco de agua, pero nada más. El primer día que llegue aquí me golpearon hasta que ya no pudieron y tuve que sanar sólo.

Hasta ahora solía dolerme algunas partes del cuerpo, aunque luego de unos meses me habían quitado por fin las correas con la que me tenían atado. Estaba sucio, olía demasiado mal y me sentía como una mierda.

La sensación de miedo por mi mismo había desaparecido el primer mes, pero la incertidumbre y las ganas de saber que había pasado de mi familia no me dejaban tranquilo.

Intenté escapar pero éste lugar no tiene ventanas, la única puerta era de metal y estaba cerrada con máxima seguridad. En síntesis no había escapatoria y sólo me quedaba resignarme.

Escucho ruidos de los candados y sé que alguien ha llegado.

— ¡Hey italiano¡ Cambiarás de hotel — dice el chico que me traía comida siempre, lo miro con tanto odio — pensé que te pondría feliz ésta noticia amigo— bromea.

— ¿Dónde me llevarán?

— A un hotel de primera.

— Hablo en serio — murmuro mientras me agarra del pelo y me levanta para atarme de vuelta las manos.

— Yo también hablo en serio— otro chico entra a la habitación para ponerme una especie de bolsa en la cabeza.

— Es hora que la princesa cambie de castillo.

Intenté forcejear pero sentí la punta de una pistola detrás de mi cabeza y por mi bien, decidí quedarme quieto. No se escuchaba nada más que los pasos de los hombres por donde sea que estemos caminando.

Sentí que me metían dentro de un coche y arrancó. Por un momento me detuve a pensar en la preparatoria y a lo que fue me vida hace unos meses. No era interesante pero sin dudas era mejor que estar secuestrado por quién sabe quién.

— ¿A dónde vamos?— pregunté.

— Al palacio de los reyes de la ciudad— musita uno de ellos.

— ¿Me matarán?

— Por ahora, no— terminó el otro.

Luego de eso comenzaron a hablar de gente que habían asesinado, secuestrado, vengado y decidí callarme para podes sobrellevar el momento.

No sé cuánto tiempo duro el viaje pero sé que fue mucho. El auto se detuvo y escuché a los hombres cerrar las puertas y luego me bajan.

A empujones me condujeron a un lugar que no sabía dónde. Hasta que sentí que entrábamos en una habitación, me sacaron la bolsa y me desataron. ¿Estábamos en una especie de oficina? Parecía eso y una biblioteca al mismo tiempo.

— Toma asiento, él jefe vendrá en un rato.

Cómo costumbre, obedecí. Movía las manos nerviosamente y las empuñaba, estaba demasiado confundido por todo.

— Italiano — una voz que hace que la piel se me erice se presenta en el lugar.

— Tú...

Un hombre de cabello castaño, ojos cafés y con un traje espectacular se sentó del otro lado del escritorio. Era él, la misma persona que nos atacó.

Perfección tan irrealWhere stories live. Discover now