El timbre que indicaba la jornada de clases como terminada, todos empezaron a gritar y saltar de un lado a otro, las clases después de tanto tiempo que para los estudiantes como para los profesores es una eternidad, habían terminado de una vez por todas, dando paso al verano y disfrutar todo lo que puedan de ello porque para eso están las vacaciones de verano, para disfrutar.
-¡Somos libres! -Gritó Ryan, provocando la risa de algunos a su alrededor.
-Sí, todo el mundo lo sabe, Ryan. -Dijo _________, riendo.
-Déjame con mi ilusión, pequeña.
Ella negó con la cabeza, y siguió caminando junto a ellos, hasta pararse en frente del deportivo de Ryan, todos se subieron a él y Ryan que iba de piloto, encendió el coche para ponerse en marcha.
-¿Queréis celebrar que por fin somos libres a algún lugar?
-Ryan, amigo mío, tengo otras formas de celebrar que somos libres en mi casa, con mi novia.
-Euuuu, podrías haberte ahorrado eso, hermano. No quería demasiados detalles sobre lo que tenéis pensado hacer.
-Sí, cariño, no tenías que haber abierto la boca. -Murmuró ella, incómoda.
Justin rió y negó con la cabeza y miró la carretera en frente de él.
Cuando Ryan aparcó en frente de la casa de Justin, apagó el motor, y se giró a Justin.
-¿Quedamos esta noche, no?
-Claro, hermano.
Se fundieron en un abrazo, y ella quién viró los ojos ante aquel momento cariñoso entre “hermanos”, se despidió de Ryan removiendo su cabello y con una palabra de despedida, salió del coche junto a Justin, quién agarró su mano, nada más, estar a un lado de ella.
Ella le sonrió y despidiéndose nuevamente con la mano de Ryan entraron en la casa, vacía.
Todo estaba en silencio y solo se escucharon las llaves caer sobre la cómoda que había a un lado de la puerta.
-¿Quieres comer algo, princesa?
-Mmmm… ¿serás mi cocinero? -Arqueó una ceja, atrevida.
-Solo si tu quieres… -Rodeó su cintura con sus brazos.
-Claro que quiero. ¿por qué no iba a querer tener un sexy cocinero a mi servicio.
Justin se encogió de hombros.
-Lo que tu pidas, yo lo haré, lo sabes.
Ella se rió y se lamió el labio inferior.
-¿Y si digo que quiero de comer a un Justin con nata por encima? ¿Qué me dirías?
-Que… encantado de ser tu postre. -Susurró sobre sus labios.
-Mmm… suena tentador.
Le dio un casto beso, pero Justin agarró con su mano la parte posterior de su cuello y la incitó a seguir con el beso con ansia, ellos no lograban saciarse de ambos y eso en parte era bueno, porque algunas personas suelen cansarse de la misma rutina de siempre, y la magia vuela por los aires, alejándose de ellos. Pero ese no es el caso de ellos, lo que acababan agradeciendo.
Ella deseaba que Justin fuera para siempre el chico de sus sueños, que fuese su príncipe azul.
¿Y qué chica no se va a dormir queriendo despertarse con un 'buenos días, despierta ya dormilona, te echo de menos, te quiero'?
Ella adoraba que hiciera eso, y lo que más le gustaba de él, era su sentido del humor y su capacidad de enamorarla a cada minuto con cada palabra que salía de esos labios, tentadores.
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»pelιcυla х {נυѕтιɴ&тú} єяóтιcα
Teen FictionSolo tenían una pregunta que cuestionarse. “¿Crees que nos estén viendo?”