-¡__________, cariño, vas a llegar tarde el último día de universidad!
Ella tras un suspiro ensordecedor, se levantó de la cama apartando las sabanas enrolladas entre sus piernas y estas acabaron extendidas y arrugadas por el colchón, se levantó de mala gana de la cama y se estiró, haciendo sonar algunos huesos de su cuerpo.
El teléfono de su mesita de noche comenzó a sonar y sonrió al saber quién era el que estaba llamándola, lo cogió inmediatamente.
-Hola cariño… -Susurró mordiendo su labio inferior entre sus dientes.
-¿Cómo está mi niña preciosa?
Ella ahogó un fuerte grito, y explotó en una sonrisa de buena mañana, le encantaba despertar con la voz de Justin, su novio, era el mejor novio que había tenido en tres relaciones, nadie la había tratado como él la trataba y le decía tantas palabras dulces que jamás en su vida había parado de sonreír a su lado, todo era diferente junto a él, y le agradecía tanto que apareciese en su vida que cada vez que veía a Ryan se lo comía a besos y a achuchones.
Te preguntarás porqué, ¿verdad?
Pues te lo diré, para sacarte de dudas, Ryan fue el cual les presentó un día al estar todos juntos en el parque, todo había cambiado al momento que sus miradas se conectaron y las chispas saltaron solas, como si de un cuento de hadas se tratara.
-No me hagas vomitar, por favor. -La voz de Ryan se escuchó a lo lejos.
Ella cerró los ojos, sin apartar la sonrisa de su cara.
-Dile a Ryan que se ahorre las palabras.
-No te preocupes por eso nena, sabes como es. -Dijo Justin.
Ella asintió en acuerdo.
-¿Dónde estáis? -Preguntó levantándose de la cama y poniéndose en frente del espejo, se miró en este, y hizo una mueca al ver los pelos que se le habían puesto al dormir.
-Estamos a bajo de tu casa, ¿cuánto te queda pequeñaja? -Contestó Ryan, desde el asiento trasero del deportivo de Justin.
-Me acabo de levantar, tranquilo bebecito.
-¿Te acabas de levantar, cariño? Solo te quedan quince minutos para estar lista, son las ocho en punto y sabes que tardamos otros quince minutos en llegar.
-Vale, en quince minutos estoy lista.
Y con eso cortó la llamada.
Corrió todo lo que pudo hasta el vestidor, lo abrió de golpe y empezó a rebuscar lo que sería adecuado para el día de hoy, se acordó que tenía una falda que había comprado hace una semana especialmente para estrenar en el último día de clases.
Y empezó a buscarla por todo el armario, hasta que segundos después la encontró, sonrió y se la colocó ya que solía dormir con solo la camiseta negra de Justin, era su pijama favorito, porque olía a él y podía sentirlo a su lado mientras dormía los días que no podía quedarse en su casa.
Se la subió hasta por encima del ombligo ya que el estilo de la falta era llevarla alta y quitándose la camiseta de Justin, la tiró a la cama, después de colocarse el sujetador push up, eligió un top con rayas azul marino y blanco que le llegaba un poco más arriba de donde estaba la falda, y agarrando las botas negras, se las amarró antes de ir al baño y arreglarse los pelos que llevaba, decidió dejarlo suelto, intentó maquillarse con rapidez y con un encogimiento de hombres ante el espejo agarró la mochila y bajó las escaleras de casa, corriendo hasta la cocina agarró una manzana de la encimera de esta.
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»pelιcυla х {נυѕтιɴ&тú} єяóтιcα
Teen FictionSolo tenían una pregunta que cuestionarse. “¿Crees que nos estén viendo?”