Hoy es uno de esos días en donde me siento más llena.
Y es que la tempestad de la que estoy hecha no se va.
Porque el oleaje del dolor me hunde...
y no aprendo a nadar.
De vez en cuando floto entre las olas,
pero siempre consiguen una manera de desarmar.
¿O desamar?
Entonces intento nadar entre los sueños rotos, las promesas vacías y la supuesta vida ideal.
Y sé que el tsunami de las olas y la tristeza de las nubes me consumen sin parar.
Y no me detengo a soñar.
Es entonces cuando siento que levantarme de la cama es un reto, un deseo, un mérito.
Pues la verdad es que a veces se vale descansar.
¿Pero cómo descanso de estas voces que me asechan sin parar?
Porque abro los ojos y las escucho en cada susurro
Así que los cierro para escapar,
pero siempre vuelven a estar.
Y es aquí cuando no sé dónde terminan mis pulmones y dónde comienza la tempestad.
Porque estoy intentando nadar en este mar
hecho de mis lágrimas,
pero no consigo flotar.
Cada día me ahogo más.
Cada día me ahogo más en este mar de falso amor que me quisieron arrebatar,
en el que me embarqué yo misma sin pensar,
el mar que quise navegar,
pero terminó hundiéndome,
pues es el mar de mi pesar.
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Cartas para ti • 20 one shots | 20 songs
PoesíaRelatos cortos sobre canciones que no escribí.
