❈•≪15. Estado actual: grave≫•❈

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Bostezando por sexta vez, HongJoong sintió como las comisuras de sus ojos se humedecían ligeramente. Sin poner demasiado empeño en la acción, frotó ambas esquinas con el dorso de su mano izquierda.

Dejando caer su cabeza en la pared fría tras ella, viró su rostro hacia las puertas de salida. La lluvia seguía sin detenerse. Resoplando, cerró sus ojos unos segundos.

Cheongju tendía a ser de clima húmedo en las épocas calurosas del año, notándose en la tierra y en el ambiente mismo. El cual se volvía pesado y atraía a todo tipo de insectos por ser una zona mayormente rodeada de árboles y vegetación. Pero en climas fríos, el escenario se teñía con distintas tonalidades. Volviéndose seco y lógicamente frío. Lo peor de ello, era cuando se mezclaba con las temporadas de lluvia. Las cuales solían durar por semanas, en algunas ocasiones siendo intermitentes y en otras constantes. Dificultando ciertas actividades.

Este año y como se esperaba, la temporada de lluvias intensas no dio descanso a nadie.

Acomodándose en el asiento que ocupaba, giró su rostro hacia la derecha. Fijándose en sus amigos, San se encontraba bebiendo de un café con serenidad mientras mirada hacia el lejano televisor allí. No se veía muy interesado en el canal de noticias que se encontraba trasmitiendo en ese momento, a pesar de su concentrada expresión. Aunque podía ser el caso.

En cuanto a JongHo, él no estaba seguro de en qué momento se durmió. Pero así es cómo resultó la eterna espera en la que estaban: con el pelirrojo usando el hombro del rubio a su lado como almohada mientras su consciente se trasladaba a un lugar de calma, lejano a ese plano. Su respiración era sutil y su rostro no reflejaba nada que no fuera tranquilidad.

HongJoong les insistió que no era necesario en que vinieran con ellos hasta el hospital, pero no fue escuchado y allí estaban. Aguardando por recibir alguna noticia de MinGi. Y por lo relajado que el lugar se veía, ninguno anticipaba estar allí más de una hora o quizás dos. Pero su madre simplemente les sonrió con evidente burla cuando la impaciencia se hizo presente en ellos al correr de las dos horas.

Actualmente ya habían transcurrido casi cinco horas, por lo que no hicieron nada más que resignarse ante la situación imposible de eludir.

Y allí, en la sala de espera, habían siete personas más. Todos adultos con sus rostros inexpresivos, a excepción de dos hombres que a pesar de haber ido juntos, sus caras reflejaban apatía. Y de todos esos adultos, sólo dos mujeres mayores conversaban de manera amena.

—No será bueno si te duermes en esa posición.

Mirando a San, HongJoong acomodó su postura por segunda vez. Ignorando el malestar en su cuello, se encogió de hombros con una sonrisa vaga en sus labios.

—Nada que se pueda evitar.— pronunció en un susurro arrastrado.

Concordando, el rubio asintió—. ¿Tus padres?

—En la máquina de café.— respondió al recordar donde su madre le dijo, estarían.

—Tu padre sigue viéndose arisco incluso aquí, ¿eh?

Dejando escapar una risa sin humor, el castaño desvió su mirada. Aunque su padre hubiera sido el de la iniciativa con respecto a ir al hospital sin importar el clima y aunque él hubiera sacado su auto y manejado bajo tales circunstancias, su rostro como actitudes hurañas no se redujeron demasiado.

Era de la vieja escuela después de todo, lo que se traducía a un alfa de prejuicios establecidos. Podían estar en desacuerdo o encontrarlo innecesario teniendo en cuenta las condiciones que los rodeaban, pero no cambiarían mucho.

Cada persona tenía sus tiempos cuando se trataba de avanzar y tirar sus prejuicios a la basura, suponiendo que optaran por ese camino, claro.

Él prefería ignorar esa presencia reacia que había ido con ellos y estarle agradecido por haberlos traído hasta allí. Tenía algunos comentarios que le gustaría exteriorizar, pero en ese momento optaban por guardarlos. Era más sensato.

Stigma - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora