¡Pero... con un demonio!

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—¡Pero-

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—¡Pero-... ¡La puta madre, Eiji!

—¿Qué?

Katsuki empieza a hacer gestos con sus manos, señalándolas a ambas, ofendida por la descarada animal que dormía sobre las gomas de su novia tan plácidamente. Apenas llegó de trabajar y lo primero que se encuentra es con esto en su preciado cuarto.

Tch, ¡qué injuria, ignominia, ultraje y todos esas palabras sofisticadas que usaría Todoroki para putear, que está cometiendo la pelirroja!

—¿Quién, mi bebé? —habla inocente ella mientras acaricia a la gata, haciéndola ronronear. La rubia chasquea su lengua por el apodo en respuesta—. Solo me está haciendo compañía. ¡Ni siquiera está en tu lado!

—Pero... ¡tu estúpido bebé debería aprender que ese puto lugar no le corresponde!

—... ¿Acabas de llamar puto lugar a mis boobs?

—¡ESE NO ES EL PUNTO DE LA CONVERSACIÓN, AHG!

Katsuki se acerca, sin importarle nada. Tomando al gato entre sus manos y posándola (tirándola, pero digan no al maltrato gatuno) fuera de su habitación y cerrando la puerta. Importándole poco los maullidos de la animal o las quejas de Eiji.

Y al día siguiente, compraría una estúpida cama para ese estúpido gato, sí. Lejos de su novia.

 Lejos de su novia

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Peleas felinas | kiribakushima fem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora