Bendición.

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un extra de esta hermosa pareja por las +6k leídas, ¡gracias!

Eiji y Katsuki van caminando por la acera, conversando de ellas sabrán qué con tranquilidad

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Eiji y Katsuki van caminando por la acera, conversando de ellas sabrán qué con tranquilidad. Eiji sonríe en lo que decide depositar un beso fugaz en los labios de la más pálida, entonces, importándole poco si alguien las está viendo o no.

Y quiere otro, pero Katsuki la detiene, evitando cruzar miradas por su rubor.

—Eres muy linda, Suki...—halaga coqueta, recomponiendo su andar.

—Jum, cállate —habla Suki—. Tú también lo eres —murmura, siendo pasivo-agresiva como de costumbre.

Esa tarde, habían decidido salir en una hermosa cita al parque. La verdad es que fue todo muy improvisado por la pelirroja, quien solo quería dar un paseo y acabó arrastrando a su novia con ella.

Y Katsuki la ama tanto como para dejarse llevar por sus idioteces pseudorománticas, diciéndose que al menos lo pasa bien y obtiene mimos de su amorcito (aunque se niega a llamarle así en público).

Los besos y caricias de Eiji suelen ser los mejores, pero…

—¡Cati, nooo! ¡No te subas al árbol, aaaah! —corretea la morena, soltando la mano de la rubia y persiguiendo a su felino, quien logró safarse de su correa.

Lo que Bakugō no entiende es por qué Catsuki también las tuvo que acompañar en su salida.

Tch —Cruza sus brazos, yendo lento tras ellas. Esa gata había arruinado gran parte del romanticismo—. Kirishima, ¿me explicas por qué tuvimos que traer a tu bendición con nosotras?

—¡Qué no soy una mamá luchona! —reniega, tratando de tomar la rama alta donde Shirō parece estar atorada (indiferente en verdad)—. ¡Y es tu nena también! ¡Ven y ayúdame!

—¡No me hice lesbiana por ti como para andar cuidando críos ahora!

—Pero Baku... Cati es como una hija para nosotras —canturrea—. Aunque digas que no, yo sé que también la quieres.

Ha pasado medio año desde que la gatita llegó a sus vidas y no hay dudas de que Katsuki se ha encariñado un poco mucho con ella, llegando a darle mimitos cuando está dormida y piensa que nadie las está observando.

Y Baku vuelve a chistar, recordando esos momentos—Va, pero no te ayudaré a bajar a tu engendro del árbol.

—Oh —Pucherea.

- esto debía ser subido cuando llegara a las 3k leídas y no me di cuenta que ya son +6k ªsubiré otro porque me quedaron impares los números y 👺

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subiré otro porque me quedaron impares los números y 👺

este fic lo comencé cuando mi gata era pequeña y ahora es enorme :')

Peleas felinas | kiribakushima fem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora