Capítulo 1.

255 27 0
                                    

Para Dahyun no era difícil acoplarse a nuevos compañeros, ya que su personalidad extrovertida siempre la ayudaban a ser amigable y socialmente visible, aunque ella prefería mantener la distancia, pues solo confiaba en sus amigos cercanos. Además, ser hermana de Kim Hansol, le hacían ser aún más popular de lo que ya era.
Su mejor amigo Dongmin también era bastante popular, era el chico más aclamado por las chicas, pero el ya tenía novia. El, su novia Sooyoung en algunas ocasiones, y Dahyun eran inseparables.
Era su último grado de educación postobligatoria, tenía miedo de no poder alcanzar sus metas. A pesar de que sus padres eran liberales con ella y sus hermanos, no dejaban de ser estrictos y sobre todo con ella, qué era a  la que peor le iba en la escuela.
En su familia siempre había sido la que menos resaltaba, siempre estaba por encima su hermano, era el inteligente, talentoso y guapo, además de que era el único heterosexual. Porque su hermana mayor había salido del clóset desde que tenía diecinueve años.
Trataba siempre de aparentar su bella sonrisa y que nada pasaba, sin embargo siempre estaba su amiga japonesa Momo, para ella.

El primer día siempre era el más importante para la coreana, se proponía a hacer nuevas amistades, aunque no era tan importante, solo le importaba que Momo y Dongmin estuvieran con ella.  Sooyoung era más grande que los tres, era imposible que estuvieran en las mismas clases.

Dahyun se despertó temprano gracias a que su hermana siempre ponía alarmas horas antes de irse a trabajar, porque vaya que tenía el sueño pesado. Además de que su hermanita era su adoración y siempre los primeros días le encantaba llevarla al colegio, pasear con ella y apoyarla en todo lo que sus padres nunca hicieron con ella.

— Gracias Nayeon. Siempre me tengo que despertar horas antes.—  Dijo con pesadez, tenía la mala costumbre de no volverse a dormir una vez despierta. Su hermana ni siquiera la escuchó, tenía el sueño tan profundo, que incluso roncaba y babeaba, cosa que asqueaba a su hermana menor. Dahyun la miró con disgusto y comenzó a hacer su rutina para ir presentable al colegio, no despertaba temprano en vano.

A penas estuvo lista, bajó para encontrarse con su hermano y su madre que le había preparado un rico desayuno a este, porque era su primer día en la universidad. Hansol disfrutaba de un rico café, con una tortilla de huevo rellena de queso. Dahyun pensó que su amorosa madre había hecho algo rico para ella.

— Buenos días, huele muy rico, mamá.—  Dijo con una sonrisa, el olor le había abierto el apetito.

Pasó junto a su hermano para mirar lo que le habían hecho a él.

— Hay cereal y fruta si quieres.—  Le dijo su mamá con desgano, Dahyun sintió una punzada en su pecho. Asintió y nuevamente se forzó a sonreír. Su madre nisiquiera la miró, ella leía el periódico como todos los días.

— No tengo hambre.— Hansol inmediatamente le ofreció un poco de su desayuno. A pesar de que su madre siempre lo prefiera a el, Hansol trataba de ser lo más justo con su hermana menor.

—Ya estoy lleno, Dahyunie. Ten un poco de mi plato.— Ofreció el joven castaño con amabilidad a su hermana.

 Dahyun negó y se disculpó. La verdad era que le dolía que su madre escuchara todo sin prestarle algo de importancia.

—Será mejor que espere a Nayeon en mi habitación, gracias Vernie.— Hansol asintió, el joven también parecía herido. Su madre por fin la miró y le contestó con un simple "como quieras" desinteresado.

Faltaba una hora para irse al colegio. Subió las escaleras con tristeza, quería llorar, pero no podía arruinar su maquillaje.

— Tofu, ¿ya estás lista?— Preguntó su hermana al verla entrar a la habitación. Nayeon la miraba desde el espejo del tocador con una sonrisa radiante, ya se había arreglado para ir a trabajar, solo retocaba un poco su cabello.

— No tengo hambre Nayeli...—  Contestó con una pequeña sonrisa triste y su tono de voz débil. Dahyun se echó a la cama, parecía bastante desanimada.

— Por esa cara de perro triste, prefiero evitar preguntar qué pasó abajo. Preparé algo anoche, lo calentaré y comeremos aquí, no puedes ir a la escuela tan triste y con hambre.—

Nayeon se paró rápidamente y desapareció de la habitación. No tardó mucho y llegó con una bandeja con cafés y sándwiches para las dos. De su familia, Nayeon era la única que tenía un poco de color. Y el color se ponía más brillante cuando hacía cosas como esas. Dahyun amaba tener una hermana como ella, su vida era mejor cuando ella estaba cerca.

— Aquí está, yo no cocino como mamá, pero supongo que están ricos.—  Dahyun y Nayeon comieron juntas, para después salir de su casa e ir al colegio.

— Gracias por lo de esta mañana... en verdad, no sé que haría sin ti.—  Dahyun abrazaba a su hermana por la cintura, ella había bajado con la pequeña para despedirla y desearle suerte.

— Lo sé, soy un sol. Te amo y no tienes que agradecer nada de lo que hago por ti. Se más que nadie lo que se siente, así que, ¡Fighting!— Nayeon besó su mejilla y esperó a que Dahyun entrara para irse a su lugar de trabajo.

Al ver su lista de salón no vio ningún nombre conocido. Tenía tanto miedo de que no le hubiera tocado con algún conocido. Y no se sentía con ánimos de hablar con personas extrañas esa mañana.

Se vio con sus amigos un rato antes de entrar a clases, Momo la estuvo consolando y llenando de abrazos todo el rato. Al igual que su amigo Dongmin, que le compró su bebida favorita para animar a la joven rubia.

— Gracias chicos, me siento mejor ahora.—  Dahyun se encontraba en el salón de Momo, Dongmin estaba con su novia también, quién también hizo sentir mejor a la menor.

La hora de iniciar estaba por comenzar y aun no llevaba su mochila a su salón.  Dongmin y Sooyoung acompañaron a su amiga hasta el salón y le dieron buenos deseos. Ya era tarde, su profesora ya estaba sentada en su escritorio.

— Llega tarde, jovencita. Adelante. —  Dijo la mujer con una voz que hizo helar los huesos de la pálida chica. Dahyun hizo una reverencia y entró al salón.

Dos chicas hicieron señales para que se sentara en la misma fila que ellas. Dahyun parecía conocerlas. Dahyun fue hasta ellas para saludarlas y sentarse donde señalaban.

— Hola soy Dahyun.—  Dijo en un susurro mientras ponía su mochila en la silla.

— Soy Chaeyoung y ella Tzuyu. Eres amiga de Momo unnie, ¿verdad?—  Dijo la chica pelinegra con amabilidad. Dahyun se sorprendió de lo rápido que había tenido compañía.

— Si.—  Ambas se miraron y se susurraron algo que al parecer les emocionaba.

— Habla mucho de ti.—  Dijo la más alta, se veía bastante seria para el gusto de Dahyun, incluso momentos antes tenía terror de no agradarle.

— ¿En verdad?—  Las chicas estuvieron apunto de seguir hablando hasta que la puerta se abrió, dejando ver a una chica realmente hermosa, tenía el cabello largo y un poco ondulado, unos ojos realmente bellos. Y eso que Dahyun no podía ver el color de ellos, era alta y parecía atlética. — Totalmente mi estilo.— Dijo sin pensar. Las dos chicas se miraron entre si y asintieron.

— Es muy bella.— Dijo la joven que parecía alta, ganándose una mirada rápida de Dahyun.

La directora que venía junto a ella la presentó a la clase.

— Es nueva en la escuela. Por favor, traténla bien. Su nombre es Minatozaki Sana, por favor toma asiento al lado de Kim Dahyun. Hermana menor de nuestro mejor ex alumno.—  Dahyun suspiró con pesadez al escuchar tal presentación absurda.

La chica sonrió ante la clase y asintió. Con paso decidido se acercó hasta la silla al lado de la joven coreana. Dahyun se sentía cohíbida ante su presencia. Una chica tan hermosa debería ser parte de una obra de arte, no podía ser real... Pensó.

— Soy real, tonta.—  Dijo la japonesa con un severo enrojecimiento en las mejillas. Dahyun se sintió estúpida al dejar que sus pensamientos hablaran por ella. 


The color of love. (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora