Dahyun y Sana se separaron lentamente para luego quedarse mirando a los ojos, Sana no apartaba sus ojos brillantes de los bonitos orbes de la joven pálida, adoraba ver su rostro sonrojado. No había cambiado en nada desde pequeña. Seguía siendo la misma chica tímida, pero valiente.
—No cambias nunca, Dahyunnie.— La mano derecha de la japonesa se posaba en la mejilla, acariciando con delicadeza, sentía lo suave de su piel, mientras que su mano contraria mantenía la cintura ajustada para que no se aleje de la coreana. Nada importaba a su alrededor, su pequeña burbuja de amor era más importante.
—Sana... tengo que irme.— Sana sonrió y rápidamente la atrajo a sus brazos, estrechando sus cuerpos en un cálido abrazo.
—Te quiero, Dahyun.— Susurró en su oído, la voz de la japonesa hizo estremecer a Dahyun, nuevamente se había sonrojado. Sana sin siquiera verla lo sabía y no pudo evitar sentirse aún más feliz.
Al día siguiente Sana esperaba por Dahyun en el estacionamiento, llevaba su bebida favorita y un bocadillo para la chica pálida, realmente quería verla, abrazarla y estar cerca de ella. Al ver el colorido auto de la hermana mayor de su apreciada chica sonrió ampliamente, el corazón le latía a mil por hora, sentía cosas extrañas en su estómago.
Dahyun bajó del auto, despidiéndose de su hermana mayor. Parecía tener sueño. Sana se acercó hasta ella con sigilo para sorprenderla.
—¡Sana!, ¿estabas esperándome?— Preguntó con una pequeña sonrisa al ver lo que llevaba la japonesa entre sus manos.
—Claro que si, bonita. Moría de ganas por verte.— Sana abrazaba a la coreana de la cintura, apenas había descubierto que ese sería su nuevo lugar favorito. Dahyun no podía contener su felicidad, no lo podía creer, la chica de sus sueños esperando por ella y abrazándola de esa manera.
—Gracias por esto, Sana.— Ambas chicas caminaban para entrar al instituto, se veían tímidas, a pesar de que el día anterior se habían besado. Dahyun especialmente no sabía que decir, sus compañeros sabían de su preferencia, pero, nunca la habían visto con alguien. La coreana tenía miedo de que alguien le hiciera daño a Sana. Especialmente cuando sorprendió a Tzuyu mirándolas con una expresión que no conocía en ella.
—No es nada, realmente me gusta cuando sonríes. Trataré de hacerte feliz cada día, Dahyunie~.— Sana había tomado su mano para entrar juntas, la coreana se sentía nerviosa por algunas miradas curiosas, pero decidió no tomar importancia.
—Sabíamos que no tardararían en estar juntas, ¿verdad Tzu?— Chaeyoung estaba feliz de ver a sus amigas por fin juntas, siempre le había gustado la parejita. La taiwanesa las miró y asintió.
—No me sorprende, Sana es tan liberal. Un día te dice que te quiere y al día siguiente ya está de romance con alguien. Mis respetos a Dahyun.— Dijo como si ambas no estuvieran presentes. Chaeyoung la miró sin saber que decir, pues era algo que no se esperaba. Sana apretó sus puños, pues solo decía mentiras, Dahyun sintió lo tensa que estaba y decidió encarar a la taiwanesa.
—Ella no es así, que tu confundas amor con simple amabilidad no tiene que significar que Sana sea como dices.— Dahyun caminó junto a Sana, dejando a la japonesa anonadada por su fuerte carácter.
—¿Qué hay de ti? Besando a Joohyun en la biblioteca y más tarde verte con Sana para hacer lo mismo. O es que acaso no sabías que también está enamorada de Momo, Sana, la chica estúpida que dice ser tu amiga muere de ganas de estar con Dahyun, también, ¿qué harás, Sana?— Gritó la taiwanesa, Chaeyoung golpeó con su codo el estómago de Tzuyu, la joven castaña pegó un grito ahogado, cosa que hizo que todos los compañeros voltearan para prestar atención al espéctaculo. El grupo de Joohyun también volteó, prestando atención a lo que sucedía.
La más afectada fue Sana, puesto que no sabía lo que había pasado con Dahyun en todo el día anterior. Y pensaba que Momo era su amiga y ahora resulta estar detrás de su adorada chica.
—¿Es verdad lo que dice?— Sana la miró, Dahyun ya podía ver a Sana a todo color, veía el color de sus ojitos cafés obscuros y sintió su corazón latir con fuerza, no quería perderla. No pensó que se enteraría, las cosas que pasaron con Joohyun no significaba nada, nunca sintió por ella lo que le hacía sentir la japonesa. Dahyun solo no sabía que hacer, tenía miedo.
—Sí es verdad, yo la besé, pero... ella no correspondió. Solamente huyó.— Finalmente Joohyun se acercó a aclarar lo sucedido. Dahyun vió como los ojitos brillantes de la japonesa se apagaron para llenarse de lágrimas, pues se sintió dólida.
—¿Y qué pasa con Momo?— Preguntó la japonesa con más calma, quería pensar que era un nuevo invento de la taiwanesa.
—Nada, nunca pasó nada. Ella dejó de gustarme cuando te conocí.—Dijo Dahyun mirando el piso. No podía mirarla, sabía que Sana estaba llorando, le dolía no haber sabido nada de lo que sucedía. Sana se había alejado de ella, estaba fuera de su espacio personal ahora.
—¿Cómo estás tan segura, Dahyun?— Sana parecía afectada, se veía decepcionada. Y a Dahyun le dolía más haber lastimado a Sana sin ser nada.
—Porque veo tus colores, Sana. Puedo ver tus hermosos ojos brillantes cafés, el color de tus bonitas uñas rosas, tus calcetas negras y sobre todo tu precioso cabello castaño.—
Sana entendía el significado de las palabras de la coreana, sabía lo que significaba. Su Dahyun se estaba enamorando de ella.—¿Realmente puedes ver mis colores, Dahyun?— Dahyun nuevamente acortó su distancia para acercarse hasta la japonesa. Con sus pequeñas y delicadas manos tomó el rostro de la japonesa para hacer que la mire.
—Claro que puedo ver el carmín de tus labios, Sana.—
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The color of love. (Saida)
Fiksi PenggemarKim Dahyun nació con una rara peculiaridad, no puede ver colores. Solamente a personas que ama. Solo podía ver los colores de su familia y sus amigos realmete cercanos. Una joven llega a la escuela donde estudia la chica pálida, se hacen cercanas g...