Capítulo 8.

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El pulso de Sana se aceleró estrepitosamente, causando en la japonesa un severo nerviosismo. Arrastrando los pies con temor, se fue acercando hasta la coreana, que para suerte de Sana era más pequeña de estatura que ella.
Sin más miedos ni ataduras la tomó de la cintura y estampó sus labios en un torpe beso. Dejando a los presentes sorprendidos, ese acto fue algo que dejó a los espectadores boquiabiertos, puesto que, no se esperaban tal beso.
Dahyun había colocado sus delicados brazos alrededor del cuello de la chica para dar un mejor agarre.
—Vaya, eso jamás lo esperé.— Espetó Chaeyoung. Sana no podía verla, pero sabía que la joven estaba sonriendo por tal acto de valentía.
—Me puse linda para verte, Dahyun. Me alegra saber que me ves como yo te puedo ver a ti. Como un bonito atardecer morado.— Sana había dicho estas palabras en voz baja, solo para su chica. Dahyun estaba muerta de nervios porque había mucha gente. Fueron demasiadas emociones en menos de una hora.
—Tu siempre eres linda, Sana. Eres tan preciosa...— Dicho esto dejó un beso nuevamente en los labios de la joven japonesa.
Tzuyu, quién no sabía ni dónde meterse, prefirió alejarse del gentío. Las demás personas fueron ahuyentadas cuando vieron a los profesores acercarse. Solo se quedaron algunos amigos de la pareja. Entre ellos Momo, que, prefirió solo mirar, para luego perderse entre el gentío.
Joohyun se había encargado de alertar a los profesores, pues, pensó que la pareja querría un tiempo a solas. Después de todo, sabía perder. Pero al ser tan competitiva, no se daría por vencida tan fácilmente. Digamos que, por el momento lo dejaría por la paz.
La pareja al fin dió inicio a un nuevo día escolar, todo parecía normal, casi como si nada hubiese pasado. Durante las primeras clases Dahyun parecía estar en un sueño, pues, no pensaba que Sana realmente quisiera tener algo con ella. Pese a que estaban sentadas separadas, Sana no dejaba de mirar a la coreana de reojo. Le gustaba mirarla. 

Dahyun no podía concentrarse en analizar los poemas que tenía entre sus manos, la profesora de literatura no podía ser más aburrida. Y no es que la coreana tuviera problemas de comprensión lectora. Es solo que su mente estaba nublada entre sus pensamientos fugaces con Sana. 

—¿Dahyun?, ¿Estás ahí?— Joohyun la estaba mirando directamente, parecía preocupada, Dahyun salió de su trance. Como pudo logro asentir con la cabeza. 

—Si, no te preocupes, es solo que mi hambre no me deja pensar con claridad.— Dijo con una sonrisa un tanto chueca. Joohyun le sonrió amablemente.

—Tranquila, solo trata de que no te vea la maestra, me preocupa que pueda verte y te regañe...—

La hora del receso había llegado, por fin el drama había acabado. La hora más importante para Sana, pues era donde aprovechaba para darle unos mordiscos a su comida.

—¿Cuándo le dirás a Dahyun que Momo ya no quiere hablarte?— Preguntó Tzuyu. Ni siquiera sabía cómo, pero, ahí estaba, con esa chica, solo por el hecho de que no quería dejarla de lado. Después de todo, apreciaba la amistad de la chica taiwanesa.
Sana enarcó una ceja, era raro decirle eso, puesto que, la amistad que formó con la otra japonesa había sido fugaz, sin embargo, le dolía el saber que pudo haber llegado a formar un vínculo con Momo y ahora, había perdido esa oportunidad.
—No quiero hablar de eso, Tzuyu. Los problemas que he tenido últimamente son más importantes que esto.—
Y es que, la vida de la japonesa había cambiado drásticamente. La razón de haberse mudado era que, sus papás en su vejez para ella, habían cometido un error y ahora Sana pasó de ser hija única a ser hermana mayor. Y eso era algo demasiado abrumante para ella, un recién nacido y una adolescente hormanal coexistiendo en la misma casa, era un caos, pero Sana prefería guardar sus problemas. No le gustaba molestar a nadie.
Tzuyu pareció no interesarse tanto, estaba ocupada mirando su teléfono.
—¿Qué problemas puede tener alguien como tu?, ¿Lo dices por lo de la mañana?—
Nadie lo notaba, pero Sana no podía concentrarse debido a su falta de descanso. El bebé de sus padres lloraba toda la noche y ella, no podía conciliar el sueño. Incluso, tenía que ayudar a sus padres algunas veces haciendo leche para el recién nacido.
—No tienes idea.— La cara de Sana pasó de estar relajada a demostrar un poco de enojo, debido al comentario poco empático de su amiga.
—No lo puedo imaginar. Llegaste y le quitaste la chica de sus sueños a alguien que ha vivido imaginando casarse con ella. Además, de que eres demasiado atlética y estás en la selección de los deportes a los que aspirabas. Además de eso, eres hermosa y podrías tener a cualquier persona rogándote.— Sana la miró extrañada, se le hacía estúpido pensar que, la única "amistad" que tenía le esté diciendo semejantes estupideces.
—Tzuyu, no sé si realmente eres mi amiga o solo estás conmigo porque estás ardida. No me hables nuevamente, no sabes nada sobre mi.— Sana dejó a Tzuyu pasmada y se fue. Tenía que buscar a Dahyun, debió de estar con ella desde un principio.
Mientras iba dónde Dahyun, se topó con Momo, quién iba a su práctica de danza.
—Ahora no...— Se dijo así misma. La chica japonesa le regaló una pequeña sonrisa.
—Es bueno verte. Quería hablar contigo, y parece que el destino nos juntó. Quería decirte que, me da gusto que estés con Dahyun. Lamento mi comportamiento, me porté como un animal, pero, no quiero dejar de ser tu amiga. Me agradas mucho, Sana.—
Momo estiró la mano con intenciones de apretar la de Sana. La chica correspondió con una enorme sonrisa. Le hacía feliz tener al menos, su amistad.
—Gracias, Momo. Espero seguirte viendo en las prácticas... Gracias por seguir queriendo mi amistad.—
Momo le dedicó una media sonrisa.
—El corazón no elige con quién estar. Estuvo detrás de ella por mucho tiempo, y nunca fui valiente para demostrar lo que sentía. En cambio, tu no tuviste miedo y escuchaste a tu corazón.—
Momo puso su mano en el hombro de Sana. Le dió unas palmaditas.
—Creo que tienes razón...—
Sin más, se despidieron y fue así cuando Sana pudo dirigirse a su chica.
Se sentía emocionada, su enojo se había ido.
Al llegar la vió con sus amistades, entre ellas Chaeyoung, Joy y su novio.
—¡Sana!— Gritó con entusiasmo.
Dahyun había llegado hasta ella para abrazarle. Le gustaba sentir su aroma. Dahyun era tan linda y olorosa.
—Dahyunnie... Chicos, me la voy a robar un momento, necesito hablar con ella.— Los demás asintieron y siguieron hablando.
—¿Qué pasa?— Preguntó Dahyun con miedo. Temía después de todo lo que habían vivido recientemente.
—Tienes que saber algo...— Fue así que por primera vez, Sana se abrió con ella. Le contó lo que ha estado pasando y lo que pasó recién con la chica taiwanesa.
—¿Un hermano recién nacido? ¿A tu edad? Es estúpido.— Soltó con una pequeña risita.
—Lo sé, aunque, es muy lindo cuando no llora. Lo quiero, aunque llore mucho...—
—Ya lo quiero conocer.—
La imagen de ambas era tan enternecedora. La pareja sentada debajo de un árbol, Sana abrazaba por la cintura a Dahyun, mientras la coreana estaba sentada en sus piernas. Hablando de sus problemas, y abriendo nuevas conexiones personales... no había duda que la pareja tenía que pasar por más caminos, debían recorrer mucho más.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2023 ⏰

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The color of love. (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora