Capítulo 7

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La visita a la sede el Cuerpo Nacional de Inteligencia le había dado mucho que pensar a Horacio en los últimos días. Era obvio que no iba a regresar pronto a ejercer sus funciones allí, pero no podía evitar imaginar continuamente como sería el Horacio que había conseguido que esa gente se hubiera fijado en sus habilidades.

Probablemente no era parecido al Horacio que se había quedado atascado en el pasado.

Podía parecer una pérdida de tiempo que estuviera continuamente pensando en el CNI, sobretodo porque Michelle había comentado que primero debería regresar al CNP para refrescar su memoria y adquirir aquellas habilidades más básicas que se esperaban de él. En ese punto era donde Horacio suspiraba fastidiado por una dualidad de ideas apareciendo en su mente: en cierta manera le hacía ilusión regresar a su antiguo oficio, a él le gustaba ser policía y se esforzaba para ser uno bueno. Sin embargo, ahora no podía evitar pensar que su propia persona había fijado un listón muy alto sobre lo que se esperaba de él y no estaba seguro que pudiera alcanzarlo de nuevo.

Admitía que estaría fijando su mirada en el futuro al pensar en esas cosas pues, primero de todo tenía que conseguir la alta médica para poder ir a trabajar sin problema alguno. La salud física de Horacio había mejorado considerablemente, siendo capaz de recorrer distancias medias mientras paseaba con Perla y acudía frecuentemente al Hospital para su sesiones de rehabilitación.

En la posición de Horacio, algunos habrían creído que aquellas visitas al hospital no eran más que un obstáculo en su vida diaria, después de todo, generalmente no es que fuera muy agradable tener que ir al médico. Sin embargo, Horacio intentaba mantenerse positivo acerca de aquella situación: ¡El personal sanitario siempre le había tratado de forma muy agradable! Así que en una época donde no sabía a quien recurrir porque sentía que había perdido a todas sus amistades, poder hablar con aquellas personas era reconfortante.

Quizás por ese motivo también le hacía ilusión regresar al cuerpo policial; estaba seguro que no reconocería ni a la mitad de sus compañeros, pero quería recuperar aquel sentimiento en el que puedes creer que perteneces a algún lugar.

También se debía al hecho de que aunque agradecía al personal sanitario lo amables que eran con él, Horacio echaba de menos coincidir con un médico en concreto; el Dr. Muerte. Los primeros días solo pensó que quizás no coincidían porque en algún punto, Claudio tendría que tener un descanso de su trabajo. Más tarde descubrió que le habían asignado otro turno que era incompatible en cuanto a horarios se refería a las citas que le otorgaban a él.

Horacio no iba a mentir en un tema que era tan obvio: echaba de menos a Claudio. ¿Cómo no hacerlo? El médico siempre había tenido buenos gestos y palabras para él.

En otra época de su vida, Horacio se hubiera aproximado a Claudio; por algo tenía su número personal. Pero ahora las cosas eran distintas, estaba pasando por un momento de su vida en el que estaba bastante desanimado y no le salía de dentro el actuar de forma impulsiva. De hecho, no se le había ni siquiera pasado por la cabeza aquella idea hasta que se encontró a cierto EMS con una calavera en su rostro, muy similar a la de Claudio.

¡Hacia tiempo que no escuchaba de ti!

Al inicio, Horacio no estaba seguro que se estuviera refiriendo a su persona, pero estaba claro que el chileno le estaba mirando directamente a él. No entendía aquel comentario, no había dejado de acudir a cada una de las citas del Hospital, así que se pasaba varias veces a la semana por el lugar.

Hmm... No estoy seguro si entiendo lo que quieres decir...

Digo, si no coincides con Claudio en el Hospital... ¿No le hablas, weon?

Dreams or memories || MuertacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora