Soulmates [Bnior/JJP]

Marca

—Jaebeom —llame alargando la última vocal en un canturreo mientras tocaba una campanilla para el servicio. El pelinegro de seguro estaría preguntándose de donde la saque.

Estaba recostado sobre la cama rodeado de almohadas de pluma que Jaebeom recolectó de toda la casa. Pasé gran parte del día jugando con el PlayStation del salón de juegos que también trajo junto al televisor gigante.

—¿Qué deseas? —Jaebeom era un amor, pero tenía sus límites y mi diversión era romper cada uno de esos límites.

No pude evitar soltar una risilla cuando entró por la puerta de mi habitación vestido con un smoking negro, el cual le obligue a usar. Debía admitir que se veía muy bien, como en esas novelas que Janet miraba. Incluso llevaba el cabello peinado hacia atrás y guantes blancos en las manos que sostenían una bandeja y una servilleta larga.

Señale, con uno de mis dedos, mi boca abierta y con un sonido le di a entender que me debía alimentar.

—Acabo de traerte pasteles

—"Enfermo que come no muere" decía mi abuela que en paz descanse. Así que tráeme más

Jaebeom bufó por lo bajo y se resignó a cumplirme otro capricho más.

Minutos más tarde, tenía una bandeja con pasteles variados sobre la cama mientras trataba de pasar al siguiente nivel en el juego.

De repente, la consola se apagó.

—Hey, estaba jugando —me di cuenta que Jaebeom la había desconectado.

—Es hora de hacer tus tareas y ponerte al día. Mark y Jackson fueron muy amables como para traernos sus cuadernos, así que párate —sentenció.

—Jódete, Lim. Estoy enfermo —me crucé de brazos porque definitivamente no lo haría, ni siquiera lo necesitaba porque era un genio.

Algo inesperado fue la reacción del pelinegro, quien cruzó el espacio que nos separaba solo para colocar su mano en mi frente provocando que me sonroje, tal vez, la fiebre lo causó.

—Ya no tienes fiebre y estás tan sano que incluso puedes jugar, así que es hora de hacer los deberes —ahí iba de nuevo su postura demandante ¿Quién se negaría a eso?

No, no. No caeré.

☯️

—A ver, de nuevo, si despejas X y ese resultado lo multiplicas por sí mismo y elevas a la potencia de Y. El valor de Z sería diez

—¿Diez?

No sabía si ahorcarlo o inyectarle alguna sustancia letal por las venas para que tenga una muerte lenta y dolorosa. Sería fascinante.

—Nunca en mi vida había conocido alguien tan tonto. De saber que tu venganza sería esta, nunca hubiera dejado que te quedes —me tire sobre el escritorio resignado, yo había terminado con mi tarea hace una hora e incluso me puse al día en los cuadernos, pero Jaebeom se había estancado en matemáticas y estaba sufriendo. Me apiadé de él y así fue como pasé otra hora más tratando de explicarle un problema.

—Lo siento —agachó la mirada en real arrepentimiento. —Siempre me costaron las matemáticas, pero me las arreglaba solo. Ahora que avanzaron un nuevo tema en mi ausencia le he perdido el hilo por completo. Oh Dios, tú estás enfermo y yo te tengo aquí en vez de estar en cama —tuve que detener su verborrea antes de que me comenzara un dolor de cabeza.