15 minutos después...
— Vamos príncipe, ¿bajarás o no?— Preguntó con un grito ya a mitad de la bajada Louis, mirando para arriba, esperando respuesta del menor.— ¿Bajarás?— Volvió a preguntar.
A los segundos de su pregunta notó cómo algo — Más bien alguien.— Caía por la ventana sosteniéndose de una soga y gritando con una sonrisa en su rostro.
— ¿Por qué mierda no me dijo que había una cuerda?— Preguntó mirando hacia arriba.— Estoy bajando como condenado con un cuchillo clavado en las rocas.
Harry quedó a centímetros del pasto, levantando sus pies con miedo de tocar lo que veía abajo.
Finalmente, luego de unos minutos, decidió apoyar los pies sobre el pasto — soltándose de la soga, la cual rápidamente volvió a subir de un tirón.—, tocando la suave textura con sus pies descalzos y observando todo lo que le rodeaba.
Cualquiera que lo viera podría jurar que sus ojos brillaban de asombro.
Rápidamente comenzó a correr por todos los yuyos y arbustos, rozando delicadamente con sus dedos todas las pequeñas plantas que lo rodeaban. Corría y gritaba como si hubiera encontrado la fuente de la felicidad.
Y para él realmente la había encontrado.
Paso por una pequeña Laguna donde se mojó los pies y el borde de su pantalón, riendo ante la sensación de los pequeños peces pasando entre sus tobillos. A los minutos salió para pasar corriendo por la cueva de rocas por la que Louis había encontrado su torre.
Estaba llena de enredaderas que la cubrían y camuflaban, uno debía ser muy inteligente para notar que por detrás había una cueva.
Una vez que pasó por debajo de estas se encontró con un enorme y verde bosque.
Los tonos verdes y amarillos inundaban el lugar, se sentía tan cálido y hermoso, Harry creía que estaba realmente en el paraíso.
Se echó a correr nuevamente pasando entre los árboles y dejando atrás al joven Louis, quien apenas le seguía el paso por la emoción que demostraba el rizado por lanzarse en los adentros del bosque.
— ¡Ey! Pequeño príncipe, ¡Espérame!— Exclamó corriendo, intentando —Inútilmente.— conseguir la atención de Harry, quien sólo corría y tocaba todo a su alrededor, cómo un bebé que está recién aprendiendo a caminar. Esto último le pareció algo tierno, así que simplemente se rindió, dándose cuenta que el menor no le haría caso, y fue vigilando mientras caminaba detrás de él.
Harry apenas le prestaba atención al mundo, estaba muy ocupado colgándose de los árboles, tomando distintas flores y corriendo por el pequeño río que recorría todo el bosque, concentrándose en sentir y apreciar cada color, olor y tacto que pudiera obtener y/o ver allí. Se sentía como realmente hipnotizado por todo lo que le rodeaba.
Estaba encantado con la belleza del exterior, siempre había leído sobre bosques en sus libros y veía constantemente a través de su ventana, pero jamás se imaginó que podría ser tan hermoso y sentirse tan bien el estar libre, fuera de la Torre, respirando la naturaleza de su alrededor.
Se sentía bien.
Louis finalmente logró alcanzarlo y sacarle conversación.
— Y, cuéntame príncipe, ¿Por que jamás habías salido de tu torre?— Pregunto, intrigado por la historia que el joven tendría para contar.
— Bueno, yo... — comenzó a hablar Harry.— Este... Es que mi...— El mayor lo interrumpió.
— Espera, espera, déjame adivinar.— Dijo deteniendo al joven cerca de un árbol, quedando ambos parados cerca del otro.— Entiende que solo tengo algunos pedazos de la historia, pero me imagino que tienes una madre sobreprotectora, algún secreto oscuro familiar, un deseo prohibido y aquí estamos, ¿No?— Preguntó con una sonrisa triunfante.
— Ehhh yo...— Comenzó a explicarse, pero Louis volvió a interrumpirlo.
— Oh madre, ¡Madre!— El joven ladrón comenzó a hacer una "exagerada" interpretación de Harry, el cual lo miraba confundido.— Entiende que quiero ver las luces flotantes, ¡Lo necesito!— Se tapó los ojos con su antebrazo, dramatizado aún más su interpretación.— Después de eso tu madre te dijo que no pero por lo que veo mucho no te importo y nuevamente, aquí estamos.— Luego de terminar su dramática obra, se paró bien derecho y habló con una molesta sonrisa en su rostro.
Harry simplemente lo miró algo triste y se quedó pensando.
10 minutos después...
— Soy el peor hijo.— Dijo golpeándose la cabeza contra un árbol.— Mi madre me odiará por el resto de mis días.
— Posiblemente.— Respondió Louis, parado con su cuerpo apoyado contra el tronco comiendo unas bayas que encontró en un arbusto.
10 minutos más tarde {de nuevo}...
— Solo saldré una vez, eso no le hace daño a nadie.— Dijo colgando de sus pies sobre el tronco de otro árbol.— ¡Es un día increíble!— Gritó tomando a Louis con ambos brazos por el cuello, logrando que este se sorprenda y caiga al pasto atragantándose con una baya.
15 minutos más tarde...
— Soy un pésimo hijo.— Habló con la cabeza entre sus piernas y su abdomen, escondiéndose de todo su alrededor.— Un, muy pésimo hijo.
Louis rodó los ojos, harto del dramatismo del joven.
— ¿Sabes que?— Pregunto caminando con sus brazos detrás de su espalda.— Si tu madre tanto te ama como dices, ¿por qué jamás te dejó salir?— Preguntó con el ceño fruncido; Harry levantó la vista, con los ojos algo nublados por unas pocas lágrimas que se le habían escapado.— Esto no le hace mal a nadie pequeño, volverás para el anochecer y ella jamás se enterara, deja de preocuparte tanto.
— Creo... Creo que tienes razón.— Respondió el menor, mirando a sus pies y el pasto que lo rodeaba.
— Siempre la tengo.— Louis simplemente le guiñó un ojo sonriendo y tirándole una uva hacia la cabeza.
— ¡Ey!— Exclamó Harry, reclamando por el golpe.
— Dale dramático, vamos, sigamos con nuestro viaje.— Habló el joven ladrón, alcanzando su mano para ayudarle a levantarse y poder continuar con su recorrido.
— ¿Estás seguro de que las luces son hoy no?— Pregunto Louis mientras caminaban.— Porque si no deberemos encontrar un lugar para dormir.
— Ehhh, creo que sí.— Respondió Harry, algo nervioso.
— ¿Como "creo"?— Volvió a preguntar Louis.
— Deberían ser hoy.— El menor se acomodó uno de sus rizos castaño claro detrás de la oreja.— ¿Hoy es veintiuno no? Hoy es mi cumpleaños.
— Hoy es veinte, Harry.— Respondió Louis, con muy poca paciencia.
— ¿QUE? No puede ser, yo jamás olvido la fecha de mi cumpleaños.— Exclamó nervioso.— Dios, soy un idiota, y mi madre incluso me dijo feliz cumpleaños, ¡Cuando ni siquiera lo es realmente!— Este pensamiento lo deprimió algo.— Ni siquiera ella se acuerda de mi cumpleaños ya...
— Ey, príncipe— Habló Louis, deteniéndose delante de Harry.— Dramático, tal vez se confundió de fecha, no es la muerte de nadie, solo estaremos un día más juntos.
— Okey...— Respondió Harry.— No puedo creer que confundiera la fecha de mi cumpleaños, soy realmente un idiota.— Hablo riendo.
— A cualquiera le podría pasar.— Louis se unió a sus risas, tenía que admitir que el joven era algo gracioso.
Ambos intercambiaron un par de risas más y mantuvieron conversaciones bastante triviales por el resto del camino.
— ¡Oh dios!— Exclamó Louis, riendo aún más fuerte y saliendo del foco de conversación que tenían, confundiendo a Harry.— ¡Es la caverna del patito modosito!— Hablo riendo, con las manos en su cabeza.— Tenemos que entrar.— Harry lo miró algo inseguro.— Te va a encantar, lo prometo.— Respondió Louis sonriendo.
— Bueno, los patitos son lindos.— Exclamó con una sonrisa algo insegura.
— ¡Si!
Y ambos se adentraron por las puertas del lugar.
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Enredados; adaptación larry
Fantasy18 años encerrado en una torre lo obligaron a imaginar cómo es el mundo exterior, hasta que un joven ladrón se presenta en su vida con una oportunidad única. ¿Será muy alto el precio por descubrir amor en un trato de palabra? Adaptación de la pelicu...