(No reproducir la canción hasta que lo avise)
Ya estaban dentro de un pequeño bote observando el atardecer y dirigiéndose a donde sea que Louis estaba planeando llevar a Harry.
— ¡Oye, Max!— Gritó Louis tirando una bolsa de manzanas hacia donde se encontraba el corcel.— ¿Qué? ¡Las compre!— Exclamó divertido cuando noto al caballo dudoso.— O al menos la mayoría...— Dijo luego de darse vuelta para seguir remando.
— ¿A dónde vamos?— Harry se giró para quedar cara a cara con Louis, quien estaba en la otra esquina del bote.
— ¿Es el mejor día de tu vida?— Pregunto a lo que el menor lo observó confundido.— Entonces necesitas la mejor vista.— Respondió con una baja sonrisa.
El menor lo observó divertido y se volvió a girar para observar el recorrido.
Media hora después
Habían estado navegando por unos treinta minutos, ya estaba todo oscuro y fue entonces cuando Louis decidió dejar de remar para quedar en ese lugar.
Estaban en el centro del agua con todo a oscuras, esperando a que la magia sucediera.— ¿Estás bien?— Pregunto Louis notando al menor algo apagado.
— Estoy aterrado.— Respondió Harry.
— Pero... ¿Por qué?
— Llevo 18 años soñando con ver todo por fuera de la ventana, y soñando con cómo se sentiría ver las luces.— Empezó a explicar.— ¿Y si no es tan mágico como me imaginé?— Preguntó afligido.
— Si lo va a ser.
— ¿Y si lo es? ¿Qué haré entonces?— Volvió a preguntar, esta vez con una notoria frustración en su voz.
Louis no dejaba de observar al menor, quien se dedicaba a observar el cielo. Tenía un rostro hermoso que conseguía que el mayor sonría como tonto y se le iluminarán los ojos.
El joven provocaba algo dentro de Louis. Algo hermoso en su opinión.
— Yo creo que esa es la mejor parte. Te buscas otro sueño.— Respondió con una sonrisa comprensiva.
Harry simplemente le dedicó una corta mirada y ambos se quedaron observando el cielo, las estrellas y la luna que había en este.
En el castillo
El rey y la reina estaban preparándose para la ceremonia anual.
La reina Arianna se acercó a su esposo, quien miraba al piso con la mirada cansada, y le acomodó su gran medallón del sol de oro.— Símbolo que representa a corona.— y lo observó unos segundos.
Cada vez les dolía más.
El hombre estaba triste, cansado y dolido, sentimientos que con el paso de los años habían afectado tanto a su reina como al castillo, el cual se sentía vacío y con simplemente almas vagando por allí.
Cualquier rastro de esperanza estaba perdido en ese lugar.
Y no por que no pasarán cosas buenas, si no por que los años habían cumplido su cuota. Las paredes podían verse de tonos cálidos y alegres que se veía seguro, pero no se sentía para nada así, y dudaban que en algún momento volviera a hacerlo.
Se acercó tan solo un poco más para observar mejor su rostro y limpiar la lágrima que caía por su mejilla. Se sentía un ambiente pesado rodeandolos. El hombre tan pronto como sintió el tacto apoyó su cabeza sobre la mano de su mujer.
— Vamos.— Dijo en un susurro intangible que si no fuera por lo silencioso que era el lugar, nadie lo hubiera escuchado.
Ambos se tomaron de las manos y se dirigieron al balcón central y contaron hasta tres para soltar la luz.
Tan pronto cómo está se elevó, todo el pueblo se comenzó a iluminar con más luces de distintos tamaños y símbolos del sol tal como la de el rey y la reina, dejando ver una mde las imágenes más hermosas jamás vista.
Pronto todas las luces en cada rincón del reino se empezaron a elevar junto con la de los reyes mostrando así, su magia y belleza única.
{Reproducir la canción que deje arriba}
De vuelta en el bote
Louis tenía varias flores en la mano que Harry había tomado de sus trenzas para colocarlas sobre el agua y verlas flotar, por aburrimiento más que nada. Fue entonces cuando noto una pequeña luz amarilla reflejada en el agua.
Rápidamente se paró en el bote, logrando sacudir todo solo para acercarse corriendo a la punta y observar más de cerca la belleza que era el cielo en ese momento.
Era hermoso.
Cada lugar del cielo azul estaba pintado con luces cálidas que alumbraban todo, era imposible no quedar hipnotizado con la obra de arte que era el cielo.
Cualquiera que viera a Harry podría notar lo mucho que sus ojos brillaban. Su sueño al fin estaba haciéndose realidad, y era miles de veces mejor de lo que se imaginó.
Estaba tan hipnotizado con lo encantador que era ver las luces flotar en el cielo que apenas se percató del ruido de un cerillo que prendió algo. Se quedó algo confundido hasta que se volteó a ver una — O dos.— de las cosas que más amaba hasta el día de hoy.
Se acercó a Louis, quien tenía dos luces flotantes en sus manos que esperaban ser elevadas y una — Muy tierna si le preguntaban a Harry.— sonrisa tímida en su rostro, y se sentó frente a él, observándole con una sonrisa que marcaba notoriamente sus hoyuelos y mirándolo a los ojos.
— Yo también tengo algo para ti.— Dijo girándose para tomar el bolso del mayor, quien estaba algo confundido, ¿Siempre lo trajo con él? Se preguntó a sí mismo.— Sé que debería habértelo dado antes. Pero tenía miedo.— Explicó algo avergonzado.— Aunque, la verdad es que ya no siento que haya nada que temer, ¿Entiendes?
— Empiezo a hacerlo.— Respondió con una sonrisa comprensiva bajando el bolso al piso para que deje de acortar el espacio entre ambos.
Las luces giraban en el cielo a su alrededor, subiendo altura cada vez más y pareciendo más pequeñas a la distancia.
Harry estaba fascinado observando cómo iluminaban todo, con sus ojos bien abiertos y un brillo expectante de felicidad que podía iluminar toda una habitación si se lo permitían.
Y por más que si, la vista que había era una de las cosas más bellas que Louis creyó que jamás había visto, sus ojos estaban centrados en una pequeña luz de cabellera larga y ojos verde esmeralda que mantenían su cabeza y vista ocupados.
Una luz se acercó al bote en el que se encontraban y Harry se acercó para empujarla delicadamente con sus dedos, logrando que esta vuelva con todas las demás.
Se quedó observándola unos segundos más cuando notó como el mayor tomaba su mano y lograba que queden enfrentados.
Ambos estaban enamorados.
Así es, después de tanto tiempo, pudieron aceptar que el otro les movía su mundo, tal vez estaban locos, eran tan solo un artista y un ladrón, pero jamás — Nadie.— podría negar cómo su mirada se iluminaba al ver al otro, sin importar que, podían estar haciendo cualquier tontería, pero para el otro eran la persona más hermosa y especial que jamás habían conocido.
Ambos se estaban acercando cada vez más, Louis apoyó una de sus manos en la cadera de Harry y con la otra acomodo un mechón de su flequillo detrás de su oreja. "Es hermoso" pensó mientras observaba al joven que miraba para abajo.
Louis tomó la iniciativa y agarró delicadamente el mentón de Harry para levantar su cara y comenzó a acercarse cada vez más. Estaban a centímetros del otro, podían sentir sus respiraciones chocar contra sus labios y tenían el escenario más lindo que jamás pudieran imaginar.
Estaban a milímetros del otro cuando algo desconcertó a Louis.
Comenzó a elevar un poco la mirada cuando notó a los Hermanos Stabbington observarlos serios. Se alejó un poco del rostro del menor y vio cómo ambos hombres se iban adentrando en el bosque logrando que Louis los pierda de vista.
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Enredados; adaptación larry
Fantasia18 años encerrado en una torre lo obligaron a imaginar cómo es el mundo exterior, hasta que un joven ladrón se presenta en su vida con una oportunidad única. ¿Será muy alto el precio por descubrir amor en un trato de palabra? Adaptación de la pelicu...