ɢʀᴇᴄᴏ | ᴀᴛᴇᴇᴢ

capítulo cinco

Se detuvieron por orden de Hannah quien comenzó a dar unos cuantos pasos frente a ellos y después se giró sobre sus talones.

―No bajen la guardia y va en serio no estoy jugando. ―lo dijo sobre todo por su hermano quien se mostró fastidiado de la actitud de la pelirrubia.

― ¿Presentiste algo? ―preguntó Seonghwa y ella asintió.

Algo que habían aprendido durante los entrenamientos de pelea en el Olimpo es que tienes que estar alerta en todo momento, mucho más porque nunca se sabe quién podría atacarte por detrás, hablando en el sentido literario.

Al escuchar ruidos próximos decidieron esconderse en los árboles del bosque en donde estaban, no bajaron la guardia en ningún momento ya que no estaban del todo seguros que su esencia humana pudiera ocultar su divinidad.

―Es una mujer. ―dijo Wooyoung al alzar más su cabeza―. Son tres mujeres en realidad.

― ¿Estás seguro? ―preguntó Mingi; el otro asintió.

―Bastante guapas, por cierto. ―el pelirrubio a su lado lo jalo de su camisa para que siguiera ocultándose.

Tan de repente, ellas comenzaron a cantar. A todos se les hacía demasiado extraño que tres mujeres estuvieran solas en medio del bosque, pero eso no era lo que en realidad llamaba la atención de los ocho jóvenes. El cantar era suave y melodioso, sin ritmo alguno, solo tarareaban y decían palabras que nadie podía entender. Era como una poesía oculta que atraía al escucharla. Las palabras saliendo de las voces femeninas lograron que los jóvenes comenzaran a salir de donde estaban escondidos dejándose a la vista de las tres, San estaba por ir, pero Hannah lo detuvo al darse cuenta de la realidad.

― ¿Qué te pasa estúpida? ―se quejó al sentir el jaloneo de su hermana.

―Los cantos de Maldoror. ―frunció el ceño al escuchar aquello.

― ¿Qué es eso? ―preguntó sin quitar la mirada del otro lado.

―No tienes que verlas idiota, eso buscan; atraerlos. ―miro como las tres mujeres sonreían coquetas a los siete jóvenes―. Son cantos poéticos, les consideraban literatura perfecta o eso al menos me dijo mamá. Lo que ocultan son... ―su hermano le interrumpió.

―Palabras góticas ya que Maldoror era un ser sobrehumano. ―la pelirrubia asintió―. Lo están recitando en latín por eso es que no entendemos nada.

―No entenderán ustedes, pero yo sí entiendo. Están provocando a los hombres para hacerlos caer y después matarlos así que si no nos apresuramos esos idiotas van a morir. ―señalo a los chicos.

― ¿Qué hacemos? ―Hannah cabeceo hacia delante.

―Son vampiresas, podemos matarlas con nuestros poderes.

Y dicho aquello, salieron dando pasos cortos para posicionarse atrás de ellas.

Alzando ambos sus manos izquierdas y cerrando puño fue así como lograron callarlas.

Volviendo a abrir el puño y moviendo sus dedos de manera giratoria hicieron que los miraran cara a cara.

Con un movimiento de dedos hacia abajo hicieron que cayeran al piso y ladeando sus cabezas tanto a la izquierda como a la derecha lograron tronar los cuellos de las tres mujeres.

Y para la cereza del pastel, Hannah se acercó con la espada de su padre para cortar sus cabezas.

― ¿Qué fue lo que paso? ―preguntó Hongjoong al reaccionar, estaba confundido al igual que los demás. Ambos hermanos miraron a los chicos, pero no respondieron.

―Gracias, hicieron buen equipo. ―ahora eran Hannah y San los que se estaban mirando volviendo de nuevo a su postura arrogante―. Bueno al menos lo intente. ―alzó los hombros Yeosang.

― ¿Qué era lo que decían? Era muy atrayente.

―Eran cantos poéticos sobrehumanos datados desde hace siglos, lo decían en latín por eso es que nosotros no pudimos entenderlo, la que sí logro hacerlo fue la que tengo a mi lado. ―respondió San la pregunta del menor. La chica se sorprendió que su hermano la aludiera de esa forma y sonrió muy disimuladamente.

―Creo que tuvimos que haber puesto atención en las clases de latín cuando niños y no habérnosla pasado molestando a la profesora. ―aquello dicho por Mingi provoco una risa no tan escandalosa en el grupo.

Lo siguiente que sucedió fue un enorme silencio entre los nueve. Hannah y San se sentían bien después de haber trabajado juntos como un equipo y eso sorprendía al resto.

Mirando a Seonghwa dedujeron que solo restaban dos días para poder encontrar el Greco y ni siquiera llevaban una cuarta parte del camino recorrido. Hermes les había dicho que el lugar donde aquella piedra estaba era plano pero rodeado de árboles de encino a distancias consideradas oculto de toda la civilización y ruido posible.

―Dudo mucho que a pie lleguemos hasta nuestro destino. ―suspiro cansado recargado en unas enormes piedras donde los demás también descansaban. Le dieron la razón a Yunho.

―La noche está cayendo y esas nubes están cargadas de agua, lo preferible es encontrar u-... ―Yeosang se quedó callado cuando vio a Seonghwa tomar su arco.

―Necesitamos comer y voy a cazar, mientras ustedes busquen donde refugiarnos de la lluvia.

―Voy a acompañarlo.

Siguió el mismo camino que el chico hasta que lo alcanzo escondido entre el pasto―. Gran manera de camuflajearte.

― ¿Para qué viniste? ―rodo los ojos ante lo dicho y se tumbó a su lado en cuanto noto un ciervo.

―Solo veo que no te metas en problemas. ―una risa rezongona salió de su boca y una flecha hirió la pata del animal.

―No necesito niñera Hannah, se cuidarme. ―la dejo sola para terminar de matar al ciervo así que ella le volvió a seguir―. Va en serio.

―Solo me quede pensando en lo que pasaría si fracasamos en esta misión. ―rió para tratar de que el mayor hiciera lo mismo, pero fue en vano―. Sé que fue malísimo mi chiste, pero me refiero a...

― ¿Lo que pasara con nosotros después de esto? ―ella asintió―, seguro seremos los mismos de siempre.

― ¿Aun cuando hayamos salvado nuestro hogar? ―se quedó callado―, sé que soy una egoísta y una perfecta soberbia, pero...

― Que no se te olvide orgullosa. ―sonrió como si le hubiera dicho un halago y Hannah solo sonrió forzadamente.

Ayudo al pelirrubio a cargar el ciervo hasta la cueva que los chicos habían encontrado.

―Todo depende de nosotros mismos. ―el resto se mostró confundido, pero Hannah comprendió.

Comprendió que todo se trataba de ellos; la decisión estaba en ellos, el salvar su hogar era cuestión de que ellos trabajaran en equipo. Todo, absolutamente todo les hacía ponerlos en aprietos porque hacía décadas que no se veían y la convivencia era dura, más cuando había sentimientos negativos sin sentido alguno unos con otros.

Pero la mente de Hannah se vio invadida por una pregunta: ¿y si Hermes los junto para ponerlos a prueba y no solamente por ser hijos de los dioses más poderosos?