capítulo siete

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No podían poner a Wooyoung a pelear así que Hongjoong se lo llevo a esconder con Yunho cuidándole las espaldas. Los demás no podían siquiera atinar a donde estaba Medusa, la voz del monstruo de cabeza serpentil se movía constantemente y dar asertivamente no les era posible, por eso debían actuar antes de que alguno de ellos se convirtiera en una estatua de piedra.

―Yo la mataré, ustedes deben cuidarme las espaldas, me guiaré por el reflejo en la espalda de Hades. ―hablo Jongho quitándole la espada a la pelirrubia y mirando a todos lados de reojo.

―Tengo una idea, ―comenzó a hablar Seonghwa―, pero debemos movernos rápido, a Medusa no le gusta que jueguen con ella. ―y con tan solo escuchar aquella palabra creyeron que sería mucho más riesgosa la situación.

Pero no podían protestar, nadie tenía una mejor idea, nadie tenía un plan y eso que Hermes les advirtió que fueran muy bien preparados porque a lo que se enfrentarían no era nada comparado a lo que tendrían cuando el Greco este frente a sus ojos.

La idea era guiarse por la voz de Medusa, ponerse de espaldas para atrapar su atención sin llegar a mirarla y que Jongho llegara a ese punto asignado para cortarle la cabeza. Debía ser preciso ya que no lo haría con los ojos abiertos sino cerrados y solo tenían una oportunidad, el resto estaba arriesgando sus vidas con tan solo pararse de espaldas a Medusa ya que ella acostumbraba a dar los golpes por la espalda, así que era jugarse todo por el todo y arriesgar las vidas.

― ¿Y Wooyoung? ―preguntó la rubia antes de que comenzaran a dispersarse.

―Con Hongjoong y Yunho a salvo. ―dijo Mingi antes de tomar su lugar.

Al estar cada uno en su lugar, no sabían cómo atraer a Medusa así que solo tenían que esperar a que ella se juntara en el centro del laberinto. Pero Hannah no esperaría demasiado. Seguiría el plan, pero a su manera.

Quito las dos serpientes de platino que siempre adornan su cabello rubio y las echo al suelo, San, quien estaba a solo unos metros suyos solo se quedó mirando lo que su hermana estaba haciendo.

Humi facies mihi inimici reptabis. ―dijo en latín, logrando que aquellas dos serpientes se convirtieran en dos de verdad para comenzar a arrastrarse y llamar la atención de Medusa.

― ¿Crees que funcione? ―preguntó San teniendo los ojos cerrados tratando de convencerse de que eso había sido buena idea.

―Es la única forma de atraerla, Medusa ama las serpientes así que, si ellas no pueden, estaremos jodidos y nos tomará desprevenidos ahora sí. ―inquirió inquieta, lo estaba y no lo negaba, nunca pensó que se enfrentaría a situaciones así en su larga vida de diosa.

Tomando aire y con los puños cerrados fuertemente, sus ojos se cerraron al mismo tiempo de nuevo cuando la voz de Medusa se hizo presente. Sus corazones latieron al mil y el tiempo logro detenerse para ellos. Cuando eran niños, sus padres les habían contado las historias de encuentros con aquel monstruo serpentil y eso causo miedo en los chiquillos. Y ahora lo dan a conocer, pero a Medusa eso le gustaba, poder percibir el miedo en los dioses y humanos.

―Mis hermosos niños, no me den la espalda, saben que no me gusta que lo hagan, den la vuelta completa para apreciar sus lindos rostros. ―hablo tan cómodamente que juraba que esa maldita voz podía envolverte como la seda.

Antes de que sucediera una tragedia Yeosang llamo a gritos a Jongho y éste salió de uno de los arbustos también con los ojos cerrados, empuñando la espada y dando un corte en un ángulo recto, la cabeza de Medusa cayó al igual que su cuerpo, el pelinegro abrió sus ojos y noto ambas partes más los ojos de ella cerrados y su boca abierta.

― ¿Es seguro salir? ―preguntó Yunho aun escondido detrás de unos arbustos.

―Lo es. ―se acercó Hannah para ayudar a Hongjoong con Wooyoung quien se estaba recuperando casi completamente―. ¿Te sientes mejor?

―Un poco, solo es que tengo sed y hambre.

―Debemos salir de aquí rápido para encontrar un refugio y pasar la noche. ―asintieron a las palabras de Yeosang y siguieron el camino.

Las dos serpientes regresaron a Hannah y volvieron a ser dos adornos platinados para su cabello rubio haciendo como que nada había pasado.

Cayendo por fin la noche y teniendo comida la cual digerir gracias a Seonghwa y sus excelentes cualidades de cazador, solo esperaban a que la lluvia se hiciera presente. Aquel cielo gris con nubes bastante cargadas de agua decía mucho así que ahora estaban recogiendo su propia agua con hojas sirviendo de vasos.

― ¿Cuánto falta para llegar? ―si bien parecía una pregunta normal, pero ellos sabían que no lo era.

―Solo debemos cruzar las cascadas y nos encontraremos con esa piedra. ―respondió Hongjoong a la pregunta del menor―. Solo que... ―el silencio en sus palabras no les estaba gustando así que con la mirada le obligaron a que siguiera―, ¿quién será capaz de tomarla?

― ¿A qué te refieres? ―respondió San con otra pregunta a la de Hongjoong quien ni siquiera sabía lo que decía.

― ¿Te refieres a quien será capaz de tomarla con tan inmenso poder? ―Joong asintió―, pues no nos creó capaces de que alguno de nosotros sea puro para tomar el Greco.

―Siempre tan directo. ―Seonghwa rodó los ojos y Yunho se disculpó con la mirada por lo dicho.

―Todos hemos cometido errores, pero considero que quien debería hacerlo es Hannah. ―la mencionada miro al rubio mientras tenia a Wooyoung a su lado devorando un pedazo de carne.

― ¿Yo tomar el Greco? ―asintió Yeosang―, ¿estás loco? No tengo ni idea de cómo usarlo y mucho menos si puedo tomarlo yo para parar la guerra en el Olimpo.

―Por mucho que te odie por quererme quitar mi puesto como próximo rey del inframundo, ―los dos hermanos se miraron y el resto comenzó a rodar los ojos cansados de ese tema―, yo también considero que debas ser tú.

―Nosotros no elegiremos a la persona que tomará el Greco. ―ahora todos posaron sus miradas en Mingi―. El Greco elegirá a su portador y, sea quien sea, entre nosotros nos ayudaremos.

ɢʀᴇᴄᴏ | ᴀᴛᴇᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora