Capítulo 6

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Cuando Mark cerró la puerta de un golpe, por la ira que claramente llevaba, Roxan y Metatrón hicieron lo mismo

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Cuando Mark cerró la puerta de un golpe, por la ira que claramente llevaba, Roxan y Metatrón hicieron lo mismo.
Santin no dudó ni un solo segundo en escabullirse por entre mis pensamientos, queriendo que le ofreciera una disculpa a la rubia teñida, cosa que claramente no iba a suceder.
Tuvo que salirse a los pocos segundos porque yo estaba dispuesta a quemar hasta su última y más pequeña neurona, ¡POR METERSE DONDE NO LO HAN LLAMADO!

... Pero el karma es un completo idiota, y me llegó multiplicado por mil.

Resulta que aparte de transformarme en un horrible monstruo deforme, hay unos pocos, pero significativos efectos secundarios.

1. Me levanté con un dolor de cabeza de mil demonios que me duró todo un fin de semana.

2. Me salieron moretones en cada parte del cuerpo, incluso en los lugares menos inesperados... que en cuestión de horas ya eran hematomas.

3. Me salía sangre de los pechos, lo que significa que el pequeño Sarcks no pudo alimentarse de mi por un tiempo.

Me la pase todo el fin de semana encerrada en mi habitación tratando de controlar mis emociones.

Santin pasaba de vez en cuando para mirar como estaba, y para llevarme algo de comer.

Realmente era difícil; mis emociones estaban a flor de piel. Si había algo que me emocionaba, la sonrisa no se quitaba de mi rostro hasta que este no se hubiera dormido a causa del cansancio. Si alguien hacia un comentario que pudiera acabar con mi poca paciencia, era capaz de destrozar la pared de lado a lado, y si me algo me causaba lo más mínimo de tristeza... inundaba la habitación con mi mar de lágrimas.

Creo que ese momento fue peor que viajar al mismísimo infierno. No hay más.

El último día fue el más difícil de todos. Santin tuvo que encerrarme bajo llave e incluso tuvo que colocar un hechizo que yo no pudiera romper para que no pudiera escapar; me estaba volviendo esquizofrénica.

Sentada en la esquina de mi habitación, con ambas manos rodeándome las rodillas; meciéndome, podía ver millones de ángeles a mi alrededor, los veía caer de la misma manera en que caían cuando la guerra empezó.

—¡Sálvenos, por favor! —sentía su mirada penetrando mi alma—. ¡Se lo suplico! ¡Nada ha terminado, eso solo fue el comienzo!

Mi cuerpo temblaba, sudaba. Sentía como ardía en fiebre.

Incluso se apareció Mark.

Estábamos bajo el mismo roble donde nos conocimos. No dudó un solo segundo en acercarse a mí.

Mis ojos se nublaron al verlo.

—¡Soy yo! —me temblaba la voz—. Soy yo... la primera que desea olvidarte. La que muere por ser la misma de antes... ¡Antes de encontrarte! —hice una pequeña pausa para poder tomar aire antes de romper en llanto—. Estoy cansada de llorarte, Mark —ya era un mar de lágrimas—. Deseo volver a enamorarme...

Liberada [Libro 2 Amarrada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora