Nunca fue del tipo de persona que buscaba a las demás. Bueno, tal vez de pequeño sí tenía la intención de acercarse a las personas por el simple hecho de querer amigos, compañía; le echa la culpa a su autoestima, aquella que piensa por él de vez en cuando, que evita tener malos recuerdos aunque ahora sienta que en realidad evita que tenga siquiera recuerdos, alejándolo de todo.
Porque esa voz en su cabeza le dice que si se acerca terminará espantando. Porque la voz en su cabeza le dice que él no tiene nada bueno para dar y la gente se acerca por intereses. Él no es interesante, sí, es único pero le falta esa chispa que lo vuelve especialmente único.
Por esa razón se sienta en el fondo y duerme casi toda la clase, para no molestar a nadie. Sentarse solo se hizo un mal hábito que posiblemente se le será imposible quitar. Aunque si hubiera siquiera una persona que le preguntara si se quiere sentar con él, lo aceptaría, haciéndose el desinteresado. La realidad es que llora de alegría en sus adentros. Se enamoraría completamente de esa persona.
Pero la voz sigue allí, diciéndole que si se acerca va a espantar. Tiene que ser paciente, la gente buena llegará sola, no apresures el paso. Quiere tener amigos, poder ser parte de las juntadas de los sábados por la tarde, los cumpleaños y los recreos. La voz sigue allí. Cree que sí en algún momento le habla a alguien, esa persona creerá que se le acerca pintando confianza y terminará dando asco y pena.
También hay una persona en especial. Una persona especialmente única. Que el tan solo ver cómo entra por la puerta del salón y se sienta en enfrente, rodeado del círculo que le hace llamar amigos, lo hace feliz. Le da esas ganas de seguir llendo al colegio y no quedarse envuelto en su capullo de sábanas. Es su luz. Es Hinata Shoyo.
El colorado es totalmente lo opuesto a él. Da un aspecto alegre, de confianza pura, con esa felicidad implantada en el medio de su rostro, aunque manteniendo su orgullo y esa pizca de arrogancia. Verlo le hace recordar a una bonita tarde soleada en primavera, con las flores en su clímax, mostrando todo su bello ser acompañando la brisa. En realidad, ver a Hinata le hace recordar todo lo bueno que hay en el mundo.
Por eso cuando está sentado en el salón, disfrutando el recreo a su manera -durmiendo- le da tanta rabia como los supuestos amigos del chico hablan mal de él. Un dolor de instala en su pecho, como una piedra que te perfora con su lado afilado, sufriendo el hecho de no poder hacer nada al respecto. ¿O es que acaso Hinata le creería al chico del fondo antes que a sus amigos?
Varias veces los chicos le habían preguntado que opinaba de Hinata, respondiendo «No le veo nada malo». Para el Hinata es un sol, y para sus compañeros también, solo que algunos no son capaces de resistir los rayos, envidiandolos o detestandolos. Pero si hay algo que sabe, es que nadie puede resistir una tormenta eléctrica como lo es él.
Tal vez, solo tal vez, un sol podría cambiar por completo su clima.
Kageyama siempre llegaba tarde, tal vez la primer semana de clases llegó a horario, pero se arrepintió al instante. Llegaba tarde para evitar el prerecreo que había antes de hizar la bandera, dónde los grupitos de compañeros se formaban y hablaban de cosas triviales. Lo evitaba porque no tenía nadie con quién juntarse y terminaba vagando por toda la escuela o encerrándose en la biblioteca.
Tanto se encerró en la biblioteca que a fin de año le dieron un premio por el mejor lector, siendo que apenas se había leído caperucita roja en toda su vida. Siendo bastante corta todavía.
Para su mala suerte hoy si se había pasado mucho la hora, llegando lo suficientemente tarde como para tener que ir hasta su salón y encontrándose con su preceptora molesta. El salón está lleno, su asiento está ocupado, solo queda la mesa del frente totalmente descubierta. Hinata había faltado al parecer. La mujer la hace un amague con la cabeza para que se siente y sigue la orden con un revoltijo en el estómago. En vez de mariposas hay cucarachas, dándole escalofríos.
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Único ¡! Kagehina. Hinakage
FanfictionCuando Kageyama empieza a apreciar a Hinata desde lejos, olvidándose de todo lo demás, siente como su presencia se desvanece... Una voz en su cabeza, su conciencia, su autoestima, no le permiten acercarse. Mira como Hinata obtiene amigos, mientras e...