Cap IV

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Por fin llegó el día que tanto esperó, como tuvo buena conducta, el obispo y los sacerdotes pensaron que lograron educarlo adecuadamente y llevarlo por el buen camino, Soph se dio cuenta de eso y pudo usarlo a su favor, logrando convencerlos de restaurar el viaje de hace cinco años, usando como razón la evangelización de aquellas almas perdidas.

Solo faltaba convencerlos de que enviaran solo unos caballeros para acompañarlo y evitar llevar sacerdotes, sería más fácil ya que en 3 años alcanzaría la mayoría de edad.

-Obispo, si fuera solo tendré más oportunidades de aprender por mi mismo.

-¿de qué nos serviría eso? Es mejor ir con al menos cinco sacerdotes.

-¿no llamaríamos mucho la atención? Además los sacerdotes tienen sus deberes en el templo, ¿no aumentaría la carga de los demás?

-Mmm, lo consultaré con los demás, es algo que debemos considerar cuidadosamente.

-Bien.

Bueno, que lo consideren ya es un gran paso, después de hablar con el obispo fue a la habitación de su hermano, al llegar él se estaba preparando para dar una misa.

-Hermano

-Oh, Soph, ¿tú castigo por fin ha temrnido?

-Si

-Eso es genial, ¿qué harás ahora?

-Viaje

-¿Te lo permitieron?

-Mn

-Bueno, espero que esta vez todo salga bien.

No se quedó por mucho tiempo para no atrasar la misa, volvió a su habitación para organizar lo que necesitaría.

Esta vez podría completar el viaje, lo haría a su modo y llevaría a quien el quisiera.

Era joven, lleno de sueños y ambiciones, ignorante de lo cruel y dura que podría ser la realidad.

rosa blanca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora