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Estaba tan cansada, la práctica la había dejando con las piernas temblando, no soportaba su propio peso.
Pero !Hey! al menos ahora era manager del equipo de volleyball masculino desde hace unos días.
Al final Kenta-Sempai, presiente del consejo estudiantil, la había dejado ser manager del equipo de volleyball masculino con la única condición de que sería solo temporal mientras conseguían una manager oficial ya que ella ya pertenecía a un club.
Sin dudarlo aceptó la oferta del chico, quería ser manager para saber de volleyball por qué era un deporte interesante, obviamente.
Si, solo por eso.
— Oh dios mío debes estar bromeando — fue lo que dijo su entrenadora cuando le comentó la idea.
— Le juro que no bromeo Nakamura-Sensei.
— Kobayashi-san ¿Como vas a hacerte cargo de el equipo de porristas y de la administración del equipo de volleyball masculino? es mucho a la vez, no quiero que te presiones.
— Ah, tranquila, estare bien.
En definitiva no estaba bien.
Pero lo valía.
Poder entregarle la botella de agua y la toalla lo valían.
— Gracias.
— No es nada.
Eran las únicas palabras que cruzaban.
Pero lo valía, su esfuerzo lo valía.
El lo valía.
Ah si, también aprender de volleyball lo valía, claro.
