DESÁTAME LA RAZÓN

Capítulo 5: Que lío

Me he despertado sorprendentemente bien, arreglado un poco diferente a los otros días, un poco de maquillaje, cabello suelto en hondas, una boina marrón que bueno ha sido un impulso ponérmela, a mi parecer se ve bien y luce con mis labios rojos; una camisa blanca, mis típicos jeans, unos botines marrones que hace mucho no uso y una chaqueta negra. He abierto las cortinas y el día tiene muy buena pinta, preparo un bowl con frutas y me siento a pensar qué haré el día de hoy, quiero salir y además necesito practicar el idioma.

Mientras desayuno mi mejor amiga sale con una cara que me hace reir, tiene el cabello revuelto, un pijama puesto a medias y el maquillaje por toda la cara menos en el sitio donde realmente va.

—¡April Scott, apaga ese ruido y cierra las malditas cortinas! La cabeza me estalla—Riendo hago lo que dice y ella se lanza al sofá. Me siento frente a ella conteniendo una risotada—No digas nada... anoche fue de lo peor que me ha pasado en la vida.

—¿Y eso porqué?—Digo fingiendo seriedad.

—Júrame que no te vas a reír—Levanto la mano como símbolo de juramento solemne y continua—¿recuerdas que te dije que estaba con varios chicos super cool?—Asiento con la cabeza—Cuando salimos del bar, y quedamos solo tres, el guapo del que te hablé, otro chico y yo, —Hace una pausa y se reclina un poco hacia mi... —cabe aclarar que exageré un poquito que el guapo me decía cosas al oído que me ponían a mil, en realidad es que toda su presencia me ponía a mil peero el punto es que al quedar solos se me acercó y me propone algo que juro no supero —se tapa la cara con las manos— me tomo el rostro con una de las manos y me susurró en el oído que su ¡novio! quería que yo estuviera con él mientras nos observaba, ¡¿Lo puedes creer?! ¡Querían que fuera como una maldita actriz porno en vivo! como si no fuese suficiente que eran pareja. Vale, que ya era muy sospechoso que no hubiese al menos una chica con ellos, no sé como demonios no me di cuenta.

No puedo evitar soltar la carcajada que tenía contenida, pobre Tory, debe sentirse terrible. Ella me lanza un cojín y yo ni esquivarlo pude de la risa.

—¡Juraste que no te reirías!—Regaña mientras hace un puchero y finge llorar.

—Lo siento Tory pero es que solo a ti te pasan estas cosas... —Digo mirándola como hermana mayor.—Anda vamos, alístate ... date una ducha y el pasado olvidado. Vamos a dar una vuelta, a lo mejor conocemos algún chico interesante... Y heterosexual—Me mira fulminante y yo vuelvo a reír.—Bueno ya, basta de bromas, vamos acompáñame. ¿Qué te parece si vamos al centro comercial? creo recordar donde queda, hay uno cerca de aquí vale?

—Vale, pero solo si ¡TÚ! —Me señala —al menos le hablas a un chico.—Sentencia con una sonrisa de medio lado y arqueando una ceja. Es que es manipuladora, pero asiento de mala gana porque sino se queda aquí medio muriéndose y no la puedo dejar sola.

—¡Bien, pero te alistas ya!, empieza por darte una ducha, hueles fatal...

Ríe y se va a alistar quejándose un poco por el dolor de cabeza. No tarda más de veinte minutos arreglándose y yo le estrecho un vaso de agua con unas pastillas para el malestar. Se los toma y salimos de ahí, bajamos a recepción y todo está vacío. «posiblemente porque es miércoles a las nueve de la mañana, todos deben estar trabajando como las personas normales?». Pedimos un taxi y en quince minutos llegamos al centro comercial, todo está pulcramente ordenado, las personas pasan a nuestro lado vestidas un poco descomplicadas, lo curioso es que parecemos enanas junto a alemanes tan altos, miramos las exhibiciones de ropa y decidimos probarnos unos vestidos deportivos preciosos.

—Ese se vería genial con mis converse negras, ¿no lo crees Tory?—Rueda los ojos y dice.

—Tu y tus converse, por favor, hoy nos cambiaremos de look, ¿Qué te parece?—Dice emocionada y yo solo pongo cara de susto. —Solo será comprar ropa diferente, algunos vestidos que si te hacen falta, tacones, tal vez el cabello...