Capítulo 1: Golpe tras golpe

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No he dormido bien, «¡Coño que nunca duermo bien!» me siento agotada y sin ánimos, pero la única persona que me puede dar porras para seguir adelante soy yo. Debo salir adelante. Miro la hora y son las cinco de la mañana, tengo tiempo suficiente para salir y buscar trabajo en los clasificados.

«Vamos April! Levántate y resplandece...»

Me levanto de la cama en un respingo y me veo en el espejo, me veo realmente mal pero yo soy la protagonista de mi historia de vida, y haré de ella algo de lo cual me enorgullezca.

«Eres más fuerte de lo que crees»

Sonrío frente al espejo y con el mejor animo en lo posible me dirijo al baño, miro las pastillas para el insomnio y vierto su contenido en el inodoro, ya no voy a ser dependiente de ningún tipo de fármaco. Pongo canciones que me ponían de buen humor hace unos años y mientras canto en la ducha, me doy cuenta de que hay algo de mi esencia que aún sigue intacta. Luego de unos minutos salgo, y me siento un poco mejor, nuevamente me miro en el espejo mientras cepillo mi cabello y lo dejo suelto con algunas ondas, me pongo mis vaqueros, una camisa y mis amadas converse. Parezco adolescente pero me siento bien así y eso es lo importante. 

Salgo sin tomar ni un café, debo aprovechar el tiempo y mientras camino por la calle hago notas mentales de lo que debo hacer, en primer lugar comprar un periódico para ver que trabajo encuentro en los clasificados y adicional un lugar donde pueda vivir cerca a la universidad. Lo que más me interesa en estos momentos es no complicarme la vida, y si para hacer eso tengo que poner en alquiler la casa de mis padres, me temo que debo hacerlo. Encuentro una papelería abierta y compro el periódico. 

Su aroma me hace cerrar los ojos y recuerdo que hace un tiempo, cuando despertaba papá ya estaba tomando su café mientras leía el periódico y mamá preparaba el desayuno, ella era una italiana hermosa, de tez ligeramente bronceada  y ojos oliva, pero la sonrisa con la que me daba los buenos días me decía que era una mujer feliz y el amor brotaba de ella sin medida. Mis padres se amaban mucho, se respetaban y cuidaban uno del otro. Era de esas relaciones en las que se han inspirado las grandes historias de amor. Nunca me permití amar porque sentía que aun no llegaba el hombre indicado, uno que me amara tanto como yo seré capaz de amar. Por esa razón a mis veintiséis años aun no he tenido novio pero espero por un amor así de bonito como el de mis padres. 

«Ay April en lugar de andar en las nubes, ¡CONCENTRATE! ¡Necesito un trabajo de carácter urgente!»

Ojeo la sección de clasificados y la mayoría de trabajos requieren experiencia, pero no pierdo nada solicitándolos, a lo mejor tengo suerte y consigo alguna entrevista. Aprovecho e imprimo algunas copias de mi curriculum y apunto en una libreta las direcciones en los clasificados. Tomo un autobús y empiezo mi travesía en busca de trabajo. 

***

He llegado a la universidad un poco tarde después del recorrido de esta mañana. Debo ponerme al día en las clases que he faltado. Tomo mi celular para llamar a Tory... genial está sin batería. «¿Cuándo será que las cosas me saldrán bien?» Camino hacia la cafetería, tengo mucha hambre, es casi medio día. Pido algo no muy cargado y me siento en una mesa... sola, a fin de cuentas ese es mi estado normal.

—¡April Scott Vitali!...—Me sorprenden por la espalda mientras yo me ahogo con mi bebida.

—Joder Tory... ¡¿que carajo te pasa?! —solo se ríe al verme con los ojos llorosos y tosiendo en busca de aire. 

No hacemos más que llamar la atención de todos los presentes. Que vergüenza. 

—Lo siento mucho Api pero es que te he estado buscando toda la mañana mujer, ¿Dónde estuviste metida?

DESÁTAME LA RAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora