La señora Imelda está muy mal de su tobillo, un andén cayó sobre ella cuando tratábamos salir del centro. Fue una locura. Nuestros corazones latían a mil por hora. Nunca habíamos visto algo así de grande. Teníamos que llegar a un hospital urgente. Pero al hospital en el que llegamos nos dio una gran sorpresa.Estábamos a unas calles para llegar al hospital. Las calles estaban vacías. No había ni un alma. Veníamos escuchando la radio en el canal de las noticias. Varios vecindarios habían hecho guardia por que las protestas estaban muy fuertes y si, nos quedó muy claro a todos. Habían recomendado quedarse en casa y que no salieran si no fuera necesario. Igualmente informaron que 5 estados habían declarado estado de emergencia y habían pedido ayuda a la guardia nacional para reprimir los disturbios. Las cosas iban de mal a peor. No me gusta meterme o escuchar conversaciones ajenas pero escuché cuando platicaban la familia Salazar y escuché algo muy interesante, "Cuando la humanidad acaba, acaba rápido".
Una vez llegando al hospital, vimos una gran cantidad de ambulancias y patrullas alrededor del hospital. Había mucha gente afuera, policías, médicos, enfermeras. Se escuchaban gritos de ayuda y que nadie podría salir del área sin ser examinados. Vimos oficiales con armas disparándole a un paciente. Como cuando le dispararon a ese hombre en la carretera. Le dispararon tantas veces y no caía al suelo hasta un tiro en la cabeza. Pensamos en otro hospital pero de seguro todos iban a estar igual. En el camino, cuando platicábamos de adonde iríamos o cual era el plan B, vimos como las luces de la ciudad se apagaban. Se apagaban en varias secciones una por una. Las luces del centro se apagaban, igual que las del Estadio Dodger. Lo único que se veía eran las llamas de los incendios y las luces de los automóviles. Era como si la ciudad se quedara sin vida.
Todo estaba cambiando muy rápido. Sinceramente, tenía miedo. Tenía miedo de que algo le pasara a los que quiero. No podía pensar en que hacer o que pasaría. Solo podía pensar en todo lo que había visto. Es algo que no se ve todos los días y ahora tal vez será lo más frecuente. Un giro inesperado en nuestra forma de vida.
-Ahora...¿qué haremos?- me preguntó Sil
-No lo sé, tal vez lo mejor sea salir de la ciudad.
-Iremos a la casa- afirmó mi papá, - Pasaremos la noche y nos iremos por la mañana. Dejaremos a los Salazar en la casa y ellos ya sabrán que harán.
Llegamos a la casa en 10 minutos. No hay mucho tránsito así que llegamos rápido. Pero nos sorprendió ver la puerta abierta. Mi papá bajo y dijo que nos quedáramos en el auto. Yo no podía dejar a mi papá ir solo así que lo seguí sin que se diera cuenta. Sil y Xime quisieron acompañarme. Ya nadie quería estar solo. Entramos y vimos a un perro. Pero el perro estaba siendo comido por nuestro vecino. Mi papá se acercó a el para ver que tenía pero se puso agresivo. Se encimó sobre mi papá y trató de morderlo. Mi papá nos gritó que saliéramos de ahí. En eso Daniel entró a la casa con un arma y le disparó al hombre. Le disparó y le voló la mitad de la cabeza. El seguía parado. Le dio un segundo disparo y una gran cantidad de sangre salió volando. Fueron las peores imágenes que he visto en mi vida. Sil salió al patio a vomitar y yo simplemente volteé a mirar a otro lado. Xime fue con Sil para ver como estaba. Yo les asigné un cuarto a los Salazar mientras mi papá se encargaba del cuerpo. Para cuando bajé a la sala, ya no estaba el cuerpo pero había una gigante mancha roja que iba desde el tapete hasta el techo y las cortinas. Todos nos fuimos a dormir. Nadie cenó, después de hoy, nadie tenía apetito.
Son las ocho de la mañana. El sol ya salió y debía sacar la basura. Aunque que chiste tenía. Estoy seguro que ya no hay camiones de basura pero de todos modos la saqué. Cuando la saqué vi a mi papá en el auto. Y me acordé que hoy nos íbamos. Sil había salido por su mamá temprano. Y Xime, estaba tan espantada que ya no quería salir. Ni por sus papás o algo. Tenía que platicar con ella.
-Xime, que tienes?- le pregunté preocupado porque casi no ha dicho nada.
-Nada, estoy bien.
-Vamos, te conozco. Sé que algo te pasa. Cuéntame.
-Okay, cuando tu papá nos contó sobre Matt, me acordé de mis papás. Ellos estaban igual.
No sabía que decirle. Seguramente ellos ya no estarían igual. Estarían muertos.
-Todo va a estar bien. No te preocupes.- le dije muy tranquilamente y me fui. Dijo que nos vería en el coche en 15 minutos.
Sil llegó exactamente cuando terminé de hablar con Xime, vinó con su mamá Griselda y se subieron al auto. Subí unas últimas cosas al auto para ya poder irnos. Al salir de la casa, las calles estaban vacías. Los comercios estaban cerrados. No había vida.De repente nos detuvieron unas camionetas con soldados. Nos hicieron regresar a la casa. Vimos como llegaban soldados de todas partes y habían helicópteros sobrevolando el vecindario.Habían llegado las fuerzas armadas, todo parecía que iba a mejorar. Estando afuera de la casa, vi como Daniel se asomaba por la ventana cuando llegaron los soldados. Me pareció sospechoso porque se escondió inmediatamente. Algo tenía entre manos y yo lo iba a descubrir.
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Fear Begins Here
Science FictionUna historia dramática de un grupo de amigos y desconocidos tratando de sobrevivir ya que sus vidas habían cambiado. El inicio del apocalipsis zombi pero en este mundo no existe esa palabra. Complicará la situación para nuestros personajes?