A mi padre

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En el momento más oscuro, durante el ocaso de su vida, en mis brazos, con mi mano sosteniendo la suya; yacía mi padre, esforzándose por sobrevivir aunque fuese unos segundos más.

Podía sentir como de a poco su chispa se apagaba, mientras le decía al oído cuán orgulloso estaba de haberle tenido como ejemplo. Suplicando también su perdón por no haber logrado convertirme, en el gran hombre que él hubiese querido. No pude recibir respuesta alguna de su parte; su cuerpo comenzó a enfriarse desde mucho antes de su deceso, las piernas dejaron de responderle y en menos de una hora, contemplé impotente, como aquel hombre fuerte, que en sus mejores años inspiraba admiración y respeto, ahora se degradaba, sucumbía ante la muerte, de forma rápida y apabullante.

Solté su cuerpo un instante, para abrir la puerta a mi hermano, que llegaba para verlo, pero al volver a su habitación, papá se había marchado; solo yacía un cascajo de carne, inerte en una situación lejana de cualquier pronóstico, pues si bien, había sido  esperado su deceso; aquella realidad había superado por mucho a la ficción.

Ver a mi hermano abalanzarse sobre el cadáver de nuestro padre, para intentar reanimarlo por medio de RCP, fue en extremo perturbador; ambos sabíamos que estaba muerto, pero eso no lo detuvo de liberar sus instintos más básicos, en busca de arrebatar de las frías garras de la muerte a papá. Sus esfuerzos fueron en vano, así que en estoico acto de fortaleza, tomó la iniciativa de informar a la familia del deceso. Mi hermana entró en shock, mi madre se desbarató en llanto, mi mejor amigo se apresuró a llamarme y ofrecer su hombro. Incluso mi ex esposa, me brindó palabras de aliento.

Pero aún después de casi tres meses, no logró superar aquella escena. Y comprendí de hecho que nunca lo haré, solo aprenderé a vivir sin él, la vida continuará y en algún momento mi turno de partir llegará, pero mientras tanto, dedicaré a la memoria del hombre que me forjó todo cuanto de mi vida haga.

Al no ser un hombre de dogmas, no tengo esperanza alguna de volverlo a ver en un más allá, así, sin campos elíseos, ni edén, sin infierno o hades. En tu honor, desde mi finita humanidad. "Hasta siempre papá".

De la vida y otros males.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora