De la vida y otros males.

La charla

Pasaba de la media noche cuando su voz interrumpió el apacible silencio de la habitación. Llevábamos un par de horas viéndonos entre penumbras el uno al otro, pero hasta ese momento ninguno se había atrevido a pronunciar palabra alguna.

"¿Temes a la muerte?" - Cuestionó con cierto tono de curiosidad e inocencia.

"No, temo estar vivo y más aún temo estar viviendo de manera equivocada, malgastando el tiempo. Morir no me asusta. Pero sí me aterraría llegar al día de mi muerte y arrepentirme de no haber disfrutado del poco o mucho tiempo que viví". - Por algún motivo había estado esperando esa pregunta desde que alcancé conciencia de mi propia existencia

Pareció agradarle aquella respuesta mía, así que continuó su amigable interrogatorio. - "¿Y cómo sabrás si has vivido correctamente?"

"En el momento de mi muerte lo sabré, cuando por mi mente pase todo aquello que debí haber hecho, supongo". - Honestamente no estaba seguro de eso, pero consideré que sería lo más lógico y sensato.

"¿De morir ahora mismo, qué es lo que pasaría por tu mente?" - Me preguntó aún más intrigado que antes.

"Diría que no debí pasar tanto tiempo trabajando; no debería haberle dado tanto valor al dinero y todo lo vano que con él podía conseguir y debería haberle dado mayor prioridad al tiempo, a la gente y a mí mismo". - El hecho de tener dicha mentalidad, ciertamente no significa que haya hecho todo bien en la vida.

En su pálido rostro se dibujó una mueca de pena. - "Cuánto lo siento". - Dijo con mucho pesar en su voz.

En ese punto, sabía lo que venía, así que no era tiempo o lugar para reproches, por lo que solo le dije: - "No te preocupes, creo que a todos nos pasará llegado el momento".

"Eso parece. Sabes, me agrada tu forma de pensar, pero lamentablemente es hora de partir..."