El diario de Dracule Mihawk [FINALIZADO]

Capitulo 9

Diario de Dracule Mihawk, entrada n. ° 960:

No puedo entender por qué la Chica Fantasma se molesta en salir y ver las sesiones de entrenamiento de Roronoa. No mira todo el tiempo, pero el hecho de que se moleste en mirar me desconcierta. Por otra parte, parece que disfruta mucho burlándose de él mientras entrena. Supongo que es un espectáculo divertido. Roronoa está muy lejos de poder derrotarme.

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Perona, desde el principio, había encontrado algo interesante observar el entrenamiento de Zoro. Ella nunca se quedó mucho tiempo; sólo observando durante quince minutos a media hora a la vez antes de aburrirse y regresar al castillo.

Era divertido reírse de los contratiempos de Zoro, ofrecer sugerencias irónicas o soltar frases concisas que lo molestaban. Con el tiempo, estos se redujeron ahora a solo sugerencias irónicas y frases concisas. Ella todavía se reía de sus contratiempos, pero con mucha menos frecuencia. Aquellos habían sido graciosos al principio porque todo se veía tan desequilibrado: Mihawk a menudo despachaba a Zoro sin siquiera pestañear. Luego, lentamente, gradualmente, los percances divertidos perdieron el factor cómico y se volvieron más serios a medida que Zoro mejoraba.

Aunque Mihawk todavía lo venció fácilmente, Perona sintió la diferencia. Al principio, era todo frustración y determinación ciega; había una crudeza en su estilo de lucha que hablaba de una gran cantidad de poder físico y muy poca, si es que alguna, delicadeza. Cuando se frustraba, recurría a métodos de ataque de fuerza bruta que Mihawk derrotaría fácilmente. (Mihawk insistió mucho en la delicadeza, la elegancia y la conservación de la energía). Ahora, medio año después de iniciado el entrenamiento, algo de eso había sido moderado. Zoro todavía se sentía frustrado y todavía había un cierto sentimiento crudo en sus movimientos. Pero duró más en las peleas de entrenamiento, tomó decisiones un poco más inteligentes, se mantuvo mejor en su propio terreno.

Hizo que el entrenamiento fuera más interesante de ver.

También existía el beneficio adicional de que era simplemente agradable a la vista.

Perona habría muerto antes que admitírselo a nadie, pero ver las sesiones de entrenamiento podría ser gratificante (al menos antes de que el aburrimiento la superara) porque Roronoa Zoro era un espécimen masculino bastante atractivo. Un espécimen masculino de buen aspecto que estaba en su mejor momento cuando estaba luchando. Puso una chispa de algo en él, lo hizo parecer más vibrante y vivo. Además, le gustaba usar camisetas blancas ajustadas que realmente mostraban su físico.

Su cuerpo no era nada nuevo para ella, en realidad. Ya había visto suficiente cuando tuvo que arreglarlo después de que Kuma lo llevó a su puerta. Pero sus pensamientos principales entonces habían sido: Espero que no se despierte antes de que termine con los vendajes. Probablemente me matará de inmediato.Una vez que llegaron a términos mucho más amistosos, se dio cuenta de que estaba libre para admirar cómo sus camisetas se amoldaban a su figura. Thriller Bark había tenido zombis espectaculares, pero no había tenido mucha exposición a hombres bien formados, normales (o relativamente normales). Con algunas personas, un atuendo así podría haber sido elegido a propósito. Pero ella no creía que Zoro fuera del tipo que mostraba nada más que sus habilidades de lucha. Eso hizo que fuera más fácil de apreciar. Si él hubiera estado pavoneándose como un pavo real, ella no habría tenido tantas ganas de tratarlo como un dulce visual.

Ahora que conocía la fuerza impulsora detrás de su deseo de convertirse en la mejor, todo lo relacionado con las sesiones de entrenamiento tenía más importancia. Cuando fracasó en superar a su maestro y se enojó, no se trataba simplemente de no ser lo suficientemente bueno todavía. Era que necesitaba tener éxito por un propósito más elevado que el simple ego. La forma en que se aferró a esa promesa fue admirable. Pero todo el asunto de Kuina se sentía cada vez más como una espina en su costado, más porque existía un Kuina que se parecía a un oficial de la Armada. No debería molestarla, de verdad ...